Babolat apuesta por el mercado femenino en expansión

En la presentación del P-1 de Madrid de Premier, los organizadores del torneo dieron un dato económico elaborado por una universidad madrileña que arrojaba el crecimiento del número de practicantes del pádel en España: hace siete años eran cuatro millones de jugadores en nuestro país quienes habitualmente (al menos una vez al mes) jugaban al pádel, con un treinta por ciento mujeres. Este año la cifra ha crecido hasta los siete millones y el casi el cuarenta por ciento son mujeres, que incluso no habían practicado deporte antes de cumplir los treinta años, y se había enganchado al pádel desde la función social que tiene. Es decir, casi tres millones de mujeres se divierten con el pádel una vez cada dos semanas (ahora), al menos.

Ese nicho de negocio siempre ha estado en la mira de las marcas que se dedican al pádel, y esta semana Babolat ha presentado en Madrid su vertiente de marca destinada a la mujer: palas, zapatillas y complementos, los tres pilares del juego. Respecto a la complementos, ropa y paletero, existe mucha competencia en el mercado, y aunque sea difícil significarse, sí ha sacado un bolso en bandolera muy original dedicado a lo que puede ser transportar la pala, aunque con pluralidad de usos.

La pala de Juan Lebrón, el jugador de referencia de Babolat y número uno mundial, no parecía que pudiese ser la ideal para el mercado femenino no profesional o de alto nivel, y de ahí que presente novedades pensadas para las mujeres con dos tipos diferentes, de control sobre todo, y con los mismo componentes de las que fabrica para hombres conseguir una pala más liviana, de menos peso y adaptada al biotipo de la mujer.

Del calzado, que a veces desprecia quien se inicia, cualquier jugador habitual sabe que es esencial, por la comodidad para desenvolverse en los diferentes firmes de las pistas, pero sobre todo para evitar lesiones. babolat, con 150 años de historia como marca, mantiene la misma suela firme y segura tradicional, pero adapta el diseño a la morfología femenina para reforzar las zonas con más desgaste.

Gemma Mengua (46), estrella española de la natación sincronizada, explicaba en la presentación del mundo femenino de Babolat, que ella llegó al pádel cuando estaba retirada: “Nunca había tenido relación con deportes en que no fuese sólo mi cuerpo lo que tenia que controlar, pero llegó el pádel, quedar con los amigos los fines de semana para jugar, y me fui aficionando. Y como soy competitiva siempre he querido mejorar, y claro, cuando juego soy exigente conmigo, e intento ir lo mejor preparada”. Es decir, Gemma representa a ese legión millonaria de jugadoras que se atreven a entrar en la pista desde otras disciplinas, y que con los cuarenta cumplidos disfrutan competiendo por el placer de pasarlo bien,