Ariane Toro rescata un bronce y vuelve a coleccionar medallas

Al judo español no se le dan bien las repescas. Quedó claro en los Juegos Olímpicos de París, en los que se escaparon cuatro medallas en los combates por el bronce, y se ratificó en la primera jornada de los Europeos de Podgorica (Montenegro). Este miércoles, la delegación nacional volvió a caer en tres oportunidades de subirse al podio continental. Fran Garrigós (-60 kg), que defendía oro, Laura Martínez (-48 kg), una de esas judocas que también rozó los metales en verano, y Adrián Nieto (-66 kg) no pudieron vencer en sus duelos directos por el tercer puesto. A la cuarta, apareció Ariane Toro (-52 kg) para rescatar una presea y revalidar su resultado continental del año pasado.

Con judo en los genes, Toro, hija de padres olímpicos (Yolanda Soler, bronce en Atlanta 1996, y José), superó en primera ronda a la chipriota Sofia Asvesta (18ª del mundo) y, en cuartos, se deshizo de la húngara Reka Pupp (10ª). Sólo la kosovar Distria Krasniq (3ª), que ganó por ippon, pudo con la española. En el combate por el bronce, duro y largo, se rehizo doblegando a la húngara Roza Gyertyas (15ª). Una alegría final para quitarse la espina de París. “Tengo aquí a toda mi familia y, verlos a ellos tristes, duele. Hemos estado trabajando, midiéndonos de tú a tú con todas las rivales y creemos que tenemos más nivel del demostrado”, expresó Ariane, con lágrimas en los ojos, tras caer en su debut olímpico.

El golpe dolió aún más después de rendir a un nivel excepcional en la parte final del ciclo. Toro, de sólo 21 años, se coló en los Juegos cuando, poco antes, casi nadie contaba con ella. Lo hizo a base de coleccionar medallas. Entre febrero y abril del año pasado, la española sumó cuatro podios internacionales, con oro en el Grand Slam de Tbilisi. En los Juegos, sin embargo, la mezcla de inexperiencia y escenario fue demasiado. Ahora, y aún más tras el bronce europeo, Ariane ha retomado esa senda que ya le colocó entre las mejores del mundo (actualmente, es 12ª del ranking). Antes de volar a Podgorica, sumó podios seguidos en el Grand Prix de Upper (Austria) y, de nuevo, en Tbilisi.

De esta forma, Toro se sigue consolidando como una de las principales figuras del judo nacional. Y apunta a ser una de las líderes en el camino hacia los Juegos de Los Ángeles 2028. Aún a lo lejos, ese es el objetivo de España: consolidar un equipo de garantías con la entrada de los nuevos talentos. “Al ser unos Europeos después de unos Juegos, hay muchos relevos generacionales en los países. Se van a ver situaciones que, en los próximos años, van a ser diferentes. Yo creo que, ahora mismo, el objetivo es consolidar un equipo fuerte y duradero para Los Ángeles”, reflexionó Garrigós en AS desde Podgorica. El madrileño, bronce olímpico en París y con siete metales europeos en su historial, no pudo revalidar su trono, pero vio crecer a una de esas figuras que deberían ayudarle a liderar el equipo hasta Estados Unidos.

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