Ari Sánchez, al fin profeta en casa
La catalana con Paula Josemaría dominan a las número uno. Momo González y Yanguas se llevan el torneo en su primera semana juntos
A la segunda lo ha conseguido, porque el año pasado Ari Sánchez (con Paula Josemaría) no logró levantar el título en Reus, y le dolió. Pero hoy, frente a las números uno del mundo, la estrella local y Paula han logrado su segundo título de la temporada de los cinco que se han disputado, en la segunda derrota del año de Gemma Triay y Alejandra Salazar, que llevaban una racha de 15 partidos ganados. La final masculina se la llevaron Momo González y Miguel Yanguas, en su primera semana juntos; enfrente estaban Pincho Fernández y García Diestro, una de las mejores parejas en lo que va de temporada, y brindaron una gran final.
Ari (MVP) y Paula se adaptaron a la pista e impusieron su juego ante las mejores del mundo, que dominan el ranking y el año, porque Alejandra Salazar y Gemma Triay suelen ser un rodillo. Pero en esta final las que parecen sus únicas rivales por el trono las llevaron a situaciones en las que ellas no se encuentran bien: Alejandra no pudo sacar partido de su derecha, y Gemma en la red no sumó los puntos de siempre, y en el cruzado se encontró con Ari, hiperactiva en este choque, en ataque, en defensa, cruzándose en la red, acompañando y mejorando a Paula. Era la tercera final de 2023 entre las dos parejaa, y en la que mejor imagen han ofrecido Sánchez y Josemaría: 6-3 y 6-2 para no dar opciones de duda.
Si por ranking la final femenina es la mejor que se puede ver en este momento, en la masculina, sin las circuito, parecía sobre el papel más edulcorada, pero los cuatro protagonistas ofrecieron un juego espectacular, brillantes, con acciones sencillamente mágicas: golpes sorprendentes, salidas de la pista estratosféricas, defensas imposibles que eran en realidad ataques inverosímiles. Y ese estado es normal que ganase la pareja de Momo González, brillante en ese juego, y bien acompañado por Yanguas. Esta vez a los extremeños les faltó la regularidad de García Diestro, con más errores forzados que de costumbre, lo que obligó a una versión magnífica de resilencia de Pincho Fernández: 6-3 y 7-6.