Argentina acepta el reto: final del Mundial contra Brasil
La albiceleste se clasifica para su tercera final mundialista consecutiva a costa de una aguerrida Francia (3-2). Arrieta sentencia de doble penalti.
Hace dos años, Leo Messi alzaba al cielo de Catar el Trofeo Jules Rimet. Desde entonces, Argentina no se pierde una final cuando se trata de tener un balón en los pies. El próximo domingo, por tercera ocasión consecutiva, la albiceleste disputará la gran final de un Mundial de fútbol sala, después de su laboriosa victoria de este jueves frente a una Francia (3-2) que se marcha de Uzbekistán con honores. El próximo domingo (17:00h) será histórico por muchas razones, pero especialmente porque Argentina (título en 2016) y Brasil (pentacampeona) se enfrentarán por vez primera en una final de Copa del Mundo, ya sea futsal o fútbol. La última vez que se vieron las caras en un Mundial fue en 2021, duelo de semifinales que se resolvió con triunfo albiceleste.
Francia se plantó en sus primeras semifinales mundialistas tras elegir su camino en los cruces, fruto de un bochornoso encuentro ante Irán en fase de grupos que durante muchos minutos nadie quiso competir. Tras caer en aquel choque por 1-4, les bleus tuvieron una travesía más amable hacia la penúltima ronda del Mundial, enfrentándose a Tailandia (2-5) y Paraguay (2-1). Argentina, con una estrella bordada en su camiseta, sería otra historia… Y en los primeros minutos quedó patente. La primera vez que Alan Brandi piso área francesa, fue derribado por Lokoka. Arrieta se encargó de transformar el penalti con suma confianza.
Aun así, Francia no se descompuso y con algo de fortuna puso las tablas en el marcador rápidamente. Menendez disparó a la media vuelta, pero el balón varió su trayectoria tras chocar con un defensa y Sarmiento poco pudo hacer para evitar el 1-1. La reacción de la albiceleste fue inmediata, a la altura de una campeona del mundo. Borruto apareció con una conducción deliciosa que acabó en un peligroso centro-chut. En el segundo palo, con la escopeta cargada, Claudino sólo tuvo que empujarla.
Francia siguió en problemas para construir juego por culpa de una presión asfixiante de Argentina, por lo que al tratar de jugar en largo se le esfumaron multitud de ataques. El peligro tuvo que llegar entonces a balón parado, y Argentina se salvó del empate por milímetros. Un córner botado por Touré fue rechazado y el balón, tras rebotar en el larguero, quedó sobre la línea. Tras la oportuna revisión de vídeo, los colegiados confirmaron que el cuero no había entrado por completo. Se mantenía el 2-1. Tiempo de descanso.
Héroe Arrieta
Los franceses, espoleados por esa última acción, salieron con una marcha más en el segundo tiempo. Fruto de su insistencia llegó el premio, aunque fuera fruto de un error grosero de Sarmiento. El mal rechace del arquero argentino, que provenía de un tiro centrado, lo recogió Touré para poner el 2-2. El choque creció en polémica, intensidad y tarjetas, escenario en el que los más experimentados sobreviven y en el que los inexpertos naufragan. Argentina tenía el partido donde quería… Fruto de una inocente infracción en ataque, Francia cometió la sexta falta y regaló el doble penalti. Arrieta, infalible (ya anotó dos frente a Ucrania), devolvió la ventaja a los suyos a 3:28 del final. Las últimas acciones fueron de Francia con portero-jugador, pero Bendali erró en boca de gol y Taborda estrelló el balón en el poste desde su campo. El 3-2 fue definitivo. Argentina y Brasil, la madre de todas las rivalidades, por vez primera en una Copa del Mundo. Historia.
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