Ander Cepas, golpe al bronce

Hay deportes que son un valor seguro en los Juegos Paralímpicos. El tenis de mesa es uno de ellos. La primera vez que se subió al podio data de Barcelona 92 y, desde entonces, no se ha bajado. Las palas han reportado a España un total de veinte medallas durante ese tiempo. Llovieron tres en Barcelona 92 (todos bronces), una en Atlanta 96 (bronce), cinco en Sídney 2000 (un oro, una plata y tres bronces), una en Atenas 2004 (bronce), tres en Pekín 2008 (una plata y dos bronces), tres en Londres 2012 (dos platas y un bronce), dos en Río 2016 (Bronces ambas), una en Tokio 2020 (bronce) y la última en París 2024 (bronce), gracias a Ander Cepas.

Y eso que su reto no era nada fácil. El palista donostiarra se enfrentó este sábado al gran favorito, al belga Laurens Devos —oro en Río, Tokio y ahora París y bicampeón del mundo—, y lo peleó hasta el final (3-0: 11-7, 11-8 y 11-7). Esa fue, sin duda, su gran victoria, el hecho de plantarle cara. Ander, que tenía asegurada la medalla desde el pasado miércoles, se quedó con un bronce en su estreno en unos Juegos y confirmó así el relevo generacional en el equipo español de tenis de mesa.

“Estoy súper feliz de haber conseguido mi primera medalla y eso que aún no he asimilado todo lo que he hecho estos días. Intento dar lo máximo siempre. Muchos compañeros se retiran y les estoy eternamente agradecido por todo lo que han hecho por mí. Me han ayudado y apoyado siempre. Estoy orgulloso de haber compartido y vivido tanto con ellos”, dijo en zona mixta, haciendo referencia a Álvaro Valera, Jordi Morales y José Manuel Ruiz, aunque el futuro de este último todavía está en el aire. Será complicado ver a alguno de estos veteranos en Los Ángeles, pero con el vasco ha llegado savia nueva: “Todo lo sucedido ha sido maravilloso y me empuja a seguir trabajando duro”.

Ander, que nació con hemiparesia lateral derecha, una enfermedad que reduce la movilidad, prolongó la tradición medallera del tenis de mesa español e hizo realidad un sueño en su estreno, confirmando las sensaciones que había ido mostrando a lo largo de un ciclo plagado de victorias. El donostiarra se colgó una plata individual y un bronce por equipos en el Open de Egipto 2024. No fueron las únicas. Además, obtuvo el oro en el reciente ITTF Brazilian Open, celebrado en Sao Paulo (Brasil).

El ascenso de este estudiante de Administración y Dirección de Empresas ha sido meteórico hasta colocarse como el número 3 del mundo en su disciplina. Lógico, teniendo en cuenta que lleva desde los 10 años con una pala en la mano, sacudiéndose los complejos...