Amenaza de huelga en Gales: el Seis Naciones, en peligro
Los jugadores del Puerro se plantean un parón por las diferencias con la WRU en la renovación de sus contratos. Peligra el duelo contra Inglaterra.
Los problemas se le acumulan a la Welsh Rugby Union. Además de la crisis de rendimiento de la selección masculina sobre el terreno de juego y la crisis mediática que han provocado acusaciones vertidas contra el ente federativo por una presunta cultura tóxica y misógina, ahora han surgido diferencias contractuales entre los jugadores del XV del Puerro y la WRU que amenazan el discurrir del Seis Naciones.
Este fin de semana es el primero de descanso en el gran torneo oval del hemisferio norte, pero el sábado 25 de este mes arrancará la tercera jornada, en la que los galeses reciben a Inglaterra en el Millenium de Cardiff. Un duelo que corre peligro toda vez que los jugadores se plantean ir a la huelga como medida de presión.
El meollo de la cuestión es el nuevo acuerdo que la Federación y las cuatro franquicias que le nutren de jugadores, Cardiff, Ospreys, Dragons y Scarlets, están cerca de firmar, y que dada la precaria situación financiera de este deporte en el Principado ha generado incertidumbre entre los internacionales, pues muchos de ellos terminan contrato próximamente y no tienen claro su futuro. De hecho se teme que este problema genere un éxodo masivo a clubes de otras latitudes.
Esto sería un torpedo a la línea de flotación del equipo nacional, pues una norma aprobada en 2017 establece que quienes presten sus servicios en clubes extranjeros no pueden ser convocados a menos que tengan 60 partidos internacionales a sus espaldas o más. Uno de los damnificados más recientes es el segunda línea Will Rowlands, que ha firmado de cara a la próxima temporada por el Racing 92 francés y por tanto queda fuera de los planes de Warren Gatland para el Mundial.
“No puedo creer que esté a cinco meses de terminar mi contrato y a ocho del Mundial y aún no esté claro mi futuro”, aseguraba recientemente al Daily Mail un internacional bajo condición de anonimato. “No puedo pedir una hipoteca y estoy tomando antidepresivos. Estoy a una lesión de no tener trabajo en julio y aun así sigo jugando cada semana para una Federación que gana millones con los partidos internacionales”, añadía de un embrollo que puede ser la gota que colme el vaso del maltrecho rugby galés.