¿Alguien puede parar al ‘Cohete’ Ronnie O’Sullivan?

A Ronnie O’Sullivan se le apoda el ‘Cohete’ por algo. Es rapidísimo al ejecutar sus movimientos sobre una mesa de snooker, algo que contrasta desmesuradamente con jugadores más pausados. Además, cuando enciende todos los propulsores, es prácticamente imparable. Y así lo vivió el iraní Hossein Vafaei, que fue arrollado (13-2) por el inglés en octavos de final del Mundial, en el Crucible de Sheffield, el lugar en el que Ronnie se ha hecho leyenda. Siete títulos tiene allí. El último en 2022.

El duelo con El Príncipe Iraní Vafaei tenía un morbo especial. Este había calificado a O’Sullivan como irrespetuoso con él, con su familia y con todos los jugadores del mundo. “¿Ronnie sigue siendo tú ídolo?”, le habían preguntado alguna vez. Él eludía responder. Cierto es que O’Sullivan, un genio con pocos pelos en la lengua, había dicho que ganaría a la mitad de jugadores del circuito con una mano. Es sólo un ejemplo, ha habido más ‘beefs’ entre Vafaei y el Cohete.

Y en esa ambiente tenso, comenzó el partido, con O’Sullivan con su mirada ‘modo Mundial’. Fue un escándalo. Todo se resolvió en dos sesiones. Viernes noche, sábado mediodía y Cohete a propulsión sobre el tapete, que dejó una serie de misceláneas. O’Sullivan sumó su centena número 200 en el Crucible, pasó las 1.200 centenas en toda su carrera e igualó su victoria más contundente en un Mundial en un partido a 25 frames (la otra fue el 13-2, que endosó a Milkins en 2002).

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Para comenzar, 6-2 en la primera sesión. En la segunda, Vafaei salió totalmente derrotado y no ganó ni una manga. Ronnie no tenía piedad y cerraba el partido con una centena de 116. “Una humillación”, según Stephen Hendry, el también siete veces campeón mundial. Pero Ronnie no quizo hacer sangre. Al terminar el partido, Vafaei fue a dar la mano a O’Sullivan, que la esquivó, pero fue para bien. Ronnie se lanzó directamente a dar un abrazo al iraní, al que cogió del hombro y sonrió. “No tengo resentimiento hacia Hossein, lo amo… Volverá más fuerte”, decía O’Sullivan, que en el Mundial sólo piensa en ganar.

“Si esto es lo que llamáis un día en la oficina, mejor. He jugado peor y he ganado torneos, y he jugado mejor y también. Así que genial, no tengo nada que perder”, decía Ronnie, de 47 años: “Tengo siete Masters, sietes Abiertos de Reino Unido y siete Mundiales, ya no pierdo nada, sólo quiero disfrutar”.

¿Quién es la principal amenaza para Ronnie?

En cuartos del final, el próxima martes (se ve en Eurosport), O’Sullivan se enfrenta a uno de los nuevos talentos del snooker, el belga Luca Brecel, que viene de eliminar a un peso pesado como Mark Williams. Será también a 25 frames. Brecel es un jugador calculador, que acostumbra a movimientos precisos en la mesa, pero que a veces sufre con superestrellas como O’Sullivan. Si el de Wordsley sigue a este nivel, es irrefrenable.

Por otro lado del cuadro, avanzan los posibles candidatos a frenar a O’Sullivan. Suenan fuerte Mark Allen, el irlandés que ha ganado tres torneos esta temporada, pero al que se le resiste un buen papel en el Crucible. Y, eliminados Williams, Trump y Murphy, los focos apuntan a dos superclásicos como el escocés John Higgins o el inglés Mark Selby (cuatro títulos), el antagonista del ‘Cohete’ por su juego pausado y pensado.

De momento, O’Sullivan con su rodillo en el teatro Crucible (también ganó con facilidad al chino Pang) es el rival a batir. Máximo favorito en las apuestas, del público… y ya hasta del hasta ahora su enemigo Vafaei. Firmaron la paz… y el Cohete siguió hacia las nubes.