Alex Rat se interpone en el sueño de Salvi Jiménez

Como un león enjaulado, así afronta Salvador ‘Salvi’ Jiménez (11-0, 4 KO) la pelea por el cinturón de campeón de la Unión Europea por el que debió combatir hace un mes. Entonces sufrió el plantón del francés El Hadri, quien, a la hora de la verdad, esgrimió unos problemas físicos inoportunos y sospechosos a tan pocos días del combate para no presentarse en el Polideportivo Huerta del Rey de Valladolid, que presentará un gran ambiente para animar a su boxeador, a quien han aupado tantas noches desde su irrupción en el panorama amateur por los pabellones de la ciudad.

Finalmente, enfrente estará Alex Rat (16-5-2, 5 KO), un peleador duro, que en apenas unas horas aceptó el reto de luchar por el título vacante en el peso superpluma con menos de un mes de margen, puesto que la pelea originaria estaba programada para el 31 de marzo. “Era una oportunidad que no podía rechazar. Lo único que pedí fue más tiempo para poder prepararla en condiciones. Estoy en el mejor momento de mi carrera; he peleado cuatro veces fuera de casa y me siento cómodo”, explicaba hace semanas, en el careo previo, el rumano afincado en Madrid.

Después de dar un peso de 59 kilos, rozando el límite, el rumano fue más atrevido aún: “Voy a conseguir el título”, dijo rotundo, a lo que el público respondió con gritos. “En la grada vais a gritar mi nombre”, advertía, después de recordar su condición de campeón latinoamericano de WBC, cinturón del que se hizo acreedor en enero. La frase, que acompañó de gestos, no gustó nada al local, que dio un 58,3 en la báscula. Desde su posición, aún algo alejada, gesticulaba el primer aspirante, que luego recordaría que Rat “no va a tener un micro en el ring”. Este intercambio llevó a los dos a encararse, aunque la cosa, como era obvio, no pasó a mayores.

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El sueño del campeonato del mundo

En el horizonte, Salvi tiene un sueño: ser campeón del mundo. Este deseo parece lejano, y probablemente lo esté, a pesar de que él mismo se fijó públicamente un plazo de dos años.Ambición no le falta al vallisoletano, que encontró en su deporte una herramienta para canalizar el ímpetu que mostraba cuando jugaba al fútbol, siendo apenas un adolescente. También, ha sido para él un modo de forjar un camino que le ha llevado a ser un referente en su comunidad -es de etnia gitana- y de su barrio, Pajarillos, un lugar golpeado en ocasiones por la depresión y por los malos hábitos, donde trabaja con los más pequeños (entrena a niños) y les enseña que, como él, pueden desarrollar un sólido porvenir.

Después de hacer el campamento previo en Marbella, Salvi Jiménez ha venido insistiendo que está como nunca; lo estaba para la pelea de hace un mes, cuya suspensión le causó un gran dolor, compensado solo con el nacimiento reciente de su tercer niño. Dentro del peso exigido desde entonces, ha llevado la cuenta a través de sus redes sociales en los últimos días, hambriento y dejando claro cuál es su obsesión actual: abrocharse el cinturón ante Rat, un boxeador incómodo, que viene de hacer buenos combates y que se encuentra rankeado justo por detrás de su rival y de Kevin Valdospino, contra quien Salvi retuvo el campeonato de España meses atrás. También en casa, en una Cúpula del Milenio pequeña para el ambiente que se espera este viernes, ya que se espera que asistan a la velada más de 3.000 personas.