Aleks Topuria domina a placer y suma su segunda victoria en UFC

Topuria es sinónimo de triunfo y victoria. Así lo mostraron una vez más los hermanos hispanogeorgianos. La UFC aterrizó por primera vez en Qatar y Aleksandre Topuria fue uno de los grandes protagonistas de la noche. El Conquistador firmó su segunda victoria dentro de la compañía con una dominante y clara decisión unánime (30-27, 30-27 y 29-28) ante Bekzat Almakhan. No dejó lugar a dudas tras ensangrentar el rostro del kazajo, que no pudo hacer más que retroceder en el octágono. "Muchísimas gracias a todos los españoles, al mundo latinoamericano", agradeció.

Aleksandre salió a la jaula escoltado por su hermano Ilia y su amigo y exUFC Guram Kutateladze. Envuelto en las banderas de España y Georgia, El Conquistador lucía serio y tranquilo, con máxima concentración. Bekzat se mostró muy amenazante en los primeros compases del encuentro, había una tensión brutal. El kazajo intentaba colar sus peligrosas manos en los primeros intercambios, pero no hacía retroceder al mayor de los Topuria, que tenía el centro de la jaula y marcaba el ritmo. No le separaba la mirada, una mirada fría como el hielo. Con una low kick, Almakhan le hizo perder el equilibrio, pero se levantó rápido. El pateo era duro, pero las manos de Aleks se hicieron con el control. Con una derecha, hizo retroceder al kazajo y le realizó un derribo de cadera con un agarre de cabeza. Pasó la guardia, consiguiendo la montada, y ahí le clavó sus codos. Salió Bekzat, con el pómulo derecho cortado, con un scramble, pero el hispanogeorgiano insistía con la presión.

Y tomó el control total del encuentro. El Conquistador le llevó nuevamente al suelo. Almakhan estaba más lento y menos explosivo, cedía ante la presión. El hispanogeorgiano marcaba la distancia con su izquierda adelantada, con la derecha preparada para darle caza. El kazajo tenía una hemorragia nasal que le ensangrentaba la cara entera. La derecha seguía llegando, cada vez más seguida. En el tercer asalto, sentenció. Aleks frenaba con el hombro y martilleaba el rostro de Bekzat con el jab. La cara del mayor de los Topuria, en cambio, estaba limpia, ya que bloqueaba todas sus combinaciones. Se defendía bien el kazajo de los derribos finales, pero la derecha entraba a placer. Aguantaba de milagro una presión asfixiante con una guardia baja por el cansancio. Le devolvió el viaje al suelo, pero solo duró unos segundos, al igual que el empujón final.

Aleksandre Topuria salió con la mano en alto. Se volvió a envolver con las banderas y celebró la victoria con su equipo. Casi todos los asaltos (menos uno), a ojos de los jueces, fueron para El Conquistador, que no se volvió loco en los compases finales buscando el KO. Tranquilo y haciendo bien su trabajo, es la clave. “Gracias a Dios conseguimos una victoria más. Estoy muy orgulloso de ti, hermano. Todo tu esfuerzo ha tenido su recompensa”, le felicitó Ilia. Otra victoria más para el clan hispanogeorgiano, que no se cansa de ganar.

Tsarukyan da un golpe sobre la mesa

Arman Tsarukyan no dejó lugar a dudas de que es el peleador que merece ser el número uno en el peso ligero. El armenio sometió en el segundo asalto con un triángulo de brazo a Dan Hooker, sexto en el ranking, en una pelea en la que le dio una paliza. “Todos huyen de mí, especialmente Ilia Topuria. Vamos a hacer un cara a cara. Solo hay un contendiente y ese es Arman Tsarukyan. Todo el mundo sabe que tengo que pelear por el cinturón. En enero, mandadme un contrato, estaré ahí”, pidió Arman tras su contundente triunfo. El Matador no acudió a la llamada.

El pleito empezó con la intensidad al máximo. Hooker mostraba un buen pateo, pero rápido el armenio empezó a encadenar golpes peligrosos. En un intercambio a la corta distancia, el neozelandés se le intenta subir a la espalda, buscando la guillotina, pero Arman le dio la vuelta en el suelo, quedando encima con peligro de un triángulo invertido que no llegó a cerrar. Presionó en la lona con el codo, y Dan tenía ya un corte debajo del ojo derecho y un bulto en la frente.

En el segundo asalto, volvió a cometer el mismo error. Tras conectar varias patadas, aprovechando su envergadura y sus extremidades largas, intentó nuevamente la sumisión y Tsarukyan volvió a girarle. Conectó una peligrosa serie de manos en el ground and pound, metido en su guardia, y avanzó a la montada. En cuestión de segundos, el armenio cerró el triángulo de brazo para someterle. Pobre estrategia por parte del neozelandés, que se vio arrollado por el gran suelo de Arman.

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