Adesanya se declara culpable por conducir borracho
El excampeón del peso medio de la UFC se declaró culpable por conducir en estado de ebriedad y pidió disculpas. Pagará una multa de 2.680 dólares (2519,60 euros).
Israel Adesanya no está en su mejor momento ni dentro ni fuera de la jaula. Hace menos de un mes perdió su título del peso medio ante Sean Strickland en el UFC 293, y esta mañana se ha declarado culpable por conducir en estado de ebriedad en Nueva Zelanda. El excampeón pidió perdón por los hechos sucedidos el 19 de agosto, ya que tenía 87 miligramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre. Tendrá que pagar una multa de 2.680 dólares.
La policía paró al neozelandés de origen nigeriano el 19 de agosto y este dio positivo en un test de alcoholemia cuando volvía a cada después de una cena con unos amigos. Tenía 87 miligramos de alcohol por cada 100 mililitros de sangre, cuando en Nueva Zelanda, el límite legal es de 50. “Quiero pedir disculpas a la comunidad, a mi familia y a mi equipo por la decisión que tomé de ponerme al volante después de beber en una cena. Estoy decepcionado con mi decisión de conducir, fue un error. Sé que la gente podría seguirme y quiero que sepan que no creo que este comportamiento sea aceptable”, reconoció Adesanya a ESPN.
The Last Stylebender se declaró culpable esta mañana por haber conducido en estado de ebriedad. Debido a este delito, el peleador podría enfrentarse a tres meses de cárcel o a una multa de 2.680 dólares. Karl Trotter, el abogado de Adesanya, pidió al juez que no se dictara la condena, y este se lo concedió, por lo que deberá pagar la sanción económica. Además, aseguró que buscaría una liberación sin condena durante la audiencia de sentencia del día 10 de enero.
Adesanya viene de un duro golpe en su carrera profesional. Después de recuperar su cinturón del peso medio al noquear a Alex Pereira, su bestia negra, volvió a perderlo hace menos de un mes. Sean Strickland dio la gran sorpresa al imponerse por decisión unánime en el UFC 293 del pasado 10 se septiembre en Sídney, Australia. La revancha ya está sobre la mesa.