Abadía y García Boissier dan el salto a la historia: bronce mundial y a París
Los saltadores en tres metros sincronizados, que aspiraban a obtener el billete para los Juegos, se cuelgan la primera medalla de España de siempre en saltos en unos Mundiales.
Se habían fijado como objetivo el Top-6, conscientes de que seguramente entrañaría la clasificación olímpica, que conseguían los cuatro primeros sin contar a los ya clasificados –esto es, a los medallistas en los pasados Mundiales de Fukuoka–. Pero Adrián Abadía y Nicolás García Boissier no se conformaron con esa meta, que ya eran palabras mayores, tampoco con su quinto puesto ese pasado julio, sino que en los saltos de tres metros sincronizados de estos Mundiales de Doha hicieron saltar la banca. A París irán, sí, pero como medallistas universales. Tremendo bronce. El primer metal en la historia de los saltos españoles en unos Mundiales acuáticos.
Que la sincronización entre ambos sería buena no sólo lo constataban los antecedentes, sino también un primer salto con 45.60, que aún mejoraron en el segundo, con un 48.60 que les aupó de la décima a la quinta plaza provisional. En esas dos primeras rondas, la dificultad no podía pasar de 2.0. Sí a partir del tercero, en el que sumaron 66.60. Y de su pasmosa regularidad pasaron a un triple mortal y medio extraordinariamente sincronizado en cuarta ronda, que les valió 72.54 puntos, y un inverso en el quinto con el que sumaron 71.40 y eso que Abadía entró un pelín pasado. En una envidiable cuarta posición alcanzaron la última ronda, en la que brindaron otro estupendo salto, con 3.4 de dificultad y 78.54 de puntuación para un total de 383.28 puntos. Más que en Fukuoka. Más que siempre. Historia del deporte español.
Imparable China
Sólo en el segundo salto demostró China que sus saltadores son humanos. Pero tan buenos fueron en las otras cinco rondas que ganaron con muchísima superioridad. La que atesora Zongyuan Wang, que se cuelga su séptimo oro en unos Mundiales con apenas 21 años, el segundo consecutivo junto a su compañero Daoyi Long. Estratosférico el cuarto salto, con un 91.35 de puntuación.
Más divertidas fueron las alternativas en la búsqueda de la plata. Enseguida se postularon los británicos Jack Laugher y Anthony Harding –que reunían diez medallas mundialistas y ningún oro, y así se quedarán–, pero fallaron estrepitosamente en una cuarta ronda en la que también se estrellaron Alemania y Polonia, lo que aprovecharon los italianos Lorenzo Marsaglia y Giovanni Tocci para dar el ‘sorpasso’. También de entrada habían merodeado el medallero los mexicanos Osmar Olvera y Rodrigo Diego, pero éste hizo un mal tercer salto, lo que les condenó.
China se colgó finalmente el oro con 442.41 puntos, seguida de Italia con 384.24 y enganchados a ellos la pareja española, con esos 383.28 que saben a gloria.
Carvajal ya no está sola
Se unen de una manera histórica Abadía y García Boissier a Ana Carvajal, la única española que hasta ahora poseía el pasaporte olímpico, en su caso como recompensa a haber sido finalista, y en concreto octava, desde la plataforma de diez metros en los anteriores Mundiales de Fukuoka. Desde el martes, España seguirá buscando nuevas plazas para los Juegos de París. Y quién sabe si nuevas medallas.