A dos semanas de la Solheim “sin un euro del Gobierno”
Alicia Garrido y Marta Figueras-Dotti, figuras clave del evento, lo analizan en los Desayunos Deportivos de Europa Press.
Que la Solheim Cup, seguramente el mayor acontecimiento del golf femenino, un evento que arrastra a miles de personas y genera millones de euros en inversiones y retorno para el país que lo acoge, aterrice por primera vez en España dentro de dos semanas (del 22 al 24), debería ser algo que suscitara un interés especial por parte del Gobierno de la nación. Pero a juzgar por lo expuesto este jueves, en uno de los Desayunos Deportivos que periódicamente organiza Europa Press, por Marta Figueras-Dotti, presidenta del Ladies European Tour, y Alicia Garrido, presidenta de Deporte & Business, la principal promotora de eventos de golf femenino en España, entre ellos esta cita, podría decirse que el apoyo ha sido bastante limitado.
Al menos de ese apoyo, o de la falta del mismo, más allá de que el acontecimiento se declarase de excepcional interés público, algo que facilita atraer patrocinadores y agiliza gestiones, se quejó Garrido, que aseguró que por ahora no han recibido “un solo euro” del ejecutivo central, ni siquiera como parte de una subvención de 1,7 millones de euros prometida mal y tarde, una vez se hizo patente el agravio comparativo con la candidatura del PGA de Cataluña para la Ryder de 2031, que sí ha disfrutado de un apoyo explícito, aprobado en Consejo de Ministros, y se ha hablado de un presupuesto en el que 100 millones, entre instituciones estatales y autonómicas, dependerían de las arcas públicas, aunque no ha sido desgranado quién asumiría cada partida.
Garrido sí agradece en ese sentido la ayuda de Andalucía, pero lamenta que su compañía haya tenido que asumir con su dinero garantías de las que considera que tendría que hacerse cargo el Estado. Máxime en un proyecto que ha sido “muy complicado” sacar adelante. Se empezó a fraguar, contó, “en 2009″, y 14 años después han conseguido perfilar un evento que Marta Figueras-Dotti, que reconoció que llegó a penar que “nunca llegaría”, pretende que sea “el mejor de la historia” de esta competición. Por ahora, aseguraron, se han vendido 82.000 entradas y el objetivo es alcanzar las 100.000.
“Se está creando prácticamente una ciudad en Finca Cortesín”, afirmó con una sonrisa de ilusión Garrido, en referencia al resort malagueño que acogerá el enfrentamiento bienal entre Europa y Estados Unidos. La oferta deportiva se completará con mucha atención “al hospitality” y una inmersión en “la gastronomía española”. En el camino ha habido que superar escollos, como un intento de fraude por parte de la subcontrata encargada de los espectáculos de música en directo, que, confesó Garrido, ha derivado en una cascada de “contratos y facturas falsas” que les ha obligado a repensar en cierto sentido estas actividades, que en un principio incluían conciertos de Europe, Birdy, London Grammar...
Sea como sea, tanto Figueras-Dotti como Garrido están convencidas de que el evento tiene un “potencial transformador” del golf femenino en España que ya se empieza a ver. Ambas echan de menos alguna española más en el equipo europeo, del que solo formará parte la navarra Carlota Ciganda, y a Garrido le hubiera gustado tener “una gran empresa o un gran banco español liderando el cartel de patrocinadores”. Pero la promotora valora positivamente el hecho de presentar su producto una semana antes de la Ryder, porque “ofrece una oportunidad” para mostrarse en una franja del año en la que todas las miradas de este deporte están en las competiciones por equipos. Como reclamo, tiene ya algún embajador potente en cartera cuya identidad no quiso desvelar por ahora. Figueras-Dotti sí reveló que el LET está en conversaciones con el LPGA, su homólogo norteamericano, para profundizar en la alianza entre circuitos. Algo que, como esta Solheim, será “muy positivo para el golf femenino”. Ambas coinciden en que habrá una tercera victoria seguida de Europa, algo que nunca antes ha ocurrido, y en que “la semilla ya está plantada”. Ahora toca recoger los frutos.