Una leyenda vuelve a los 44 años, tras cinco temporadas retirado, para salvar a los Colts
El quarterback Philip Rivers, que ya es abuelo y estaba a punto de entrar en el Hall of Fame, vuelve a la NFL ante la plaga de lesiones en los Indianapolis Colts.


La NFL encara el tramo final de su temporada regular, con tan solo cuatro semanas de competición por delante, pero en estos últimos días solo se habla de un quarterback de 44 años, retirado allá por 2020, que está de vuelta. Philip Rivers, uno de los mejores en su puesto en lo que va de siglo, se ha convertido en el gran protagonista de la liga al salir del retiro para acudir al rescate de los Indianapolis Colts, un equipo que pelea por meterse en los playoffs pero cuyas opciones de éxito se vieron muy tocadas tras la rotura del talón de Aquiles de Daniel Jones, su quarterback titular. A la desesperada, y al no contar con un suplente de garantías (Riley Leonard anda lesionado y Anthony Richardson también), los Colts han decidido apostar por Rivers, que no ha dudado en volver a enfundarse el casco y la coraza en lo que es sin duda una de las grandes historias del año.
De momento, Rivers, que fue elegido para la Pro Bowl en ocho ocasiones durante las 17 temporadas que pasó en la NFL, ha firmado un contrato para la plantilla de entrenamiento, con la que puede familiarizarse con el funcionamiento del equipo, y la intención final es que redebute cinco años después de su retirada. Rivers, un jugadorazo que tuvo la mala suerte de coincidir con la legendaria camada de los Tom Brady, Drew Brees, Aaron Rodgers, Ben Roethlisberger y compañía, pasó 16 años en los Chargers, primero en San Diego y luego en Los Ángeles, y el último curso de su carrera lo completó precisamente con los Colts. Es el séptimo quarterback con más yardas de pase en la historia, 63.440, y el sexto con más pases de touchdown, 421.
“Ciertamente, no albergaba ninguna esperanza de volver a jugar. Pensaba que ese barco ya había salido. Pero algo me emocionaba. Es una de esas cosas: se abre una puerta, puedes atravesarla o huir. Y sé que hay riesgos, obviamente, sobre lo que pueda pasar o no. Pero la única manera de descubrirlo es ir a por ello”, contó Rivers en su primera rueda de prensa de vuelta con los Colts, en la cual se emocionó al hablar sobre su motivación para regresar. “Intentaré ser simple. De hecho, intento no emocionarme después de que me preguntes eso. Así de simple: un entrenador que adoro y una organización con la que disfruté mucho. Sabes, el señor Irsay (exdueño de los Colts) creyó en mí. Los compañeros con los que pude jugar, 14 de ellos siguen aquí. La sala de entrenamiento, los de relaciones públicas, los de la sala de equipamiento son los mismos, y me querían. Y, sabes, intento ser así de simple”.
Philip Rivers is back 😂🙌 pic.twitter.com/WuF6gZ6c9G
— NFL (@NFL) December 10, 2025
Aquel entrenador que menciona Rivers es Shane Steichen, head coach de los Colts que coincidió con Philip durante muchos años en los Chargers. La particularidad es que Steichen, de 40 años, es más joven que Rivers. De hecho, en la actual NFL hay 12 entrenadores jefe más jóvenes que el nuevo quarterback de los Colts, que tras su retirada se convirtió en el entrenador del St. Michael Catholic Cardinals, un instituto de Alabama. Allí, donde jugaba Gunnar, uno de los 10 hijos que tiene Rivers (ya es abuelo tras el nacimiento de un hijo de su primogénita), el ataque que se ejecutaba era muy parecido al de Steichen en los Colts, y eso fue importante para que los de Indianapolis apostasen por él. Tras la grave lesión de Daniel Jones, que estaba cuajando un gran año, Rivers fue puesto a prueba, y trascendió que en aquel entrenamiento había “lanzado el balón muy bien”.
Si el regreso a la NFL de Rivers acaba siendo una realidad, esto tendrá un serio impacto en su entrada al Hall of Fame de la liga, aunque aquello parece no perturbar al nacido en Decatur, Alabama. En 2026, en la siguiente promoción del salón de la fama, el quarterback tenía la opción de entrar por primera vez en el olimpo del fútbol americano, pues se cumplía el requisito de que hayan pasado cinco años desde su retirada para poder ingresar al Hall of Fame. Si Rivers se viste de corto nuevamente, la cuenta se resetearía, por lo que tendría que esperar otros cinco años para poder optar a este privilegio. Aquello, de momento, es secundario, porque su misión principal es la de rescatar a los Colts, que actualmente marchan con un balance de 8-5 tras caer en cuatro de sus últimos cinco partidos, en el octavo puesto de la conferencia AFC, fuera de los siete primeros puestos que dan acceso a los playoffs. Las opciones de estar en la postemporada son de un 28% para ellos, aunque si ganan este domingo a los Seattle Seahawks subirían hasta un 52%.
Por supuesto, y como es lógico, se albergan muchas dudas en torno al estado físico de Rivers, que nunca fue un quarterback muy móvil, aunque él le quita hierro al asunto cuando le preguntan cuánto pesa actualmente. “No lo mismo que cuando salí del campo en Buffalo. Pero de todas formas no he huido de nadie”, contestó con humor el ‘abuelo’ Rivers, un devoto cristiano cuya primera hija ya tiene 23 años, mientras que el último de sus vástagos nació en 2023. Será, según el periodista Paul Hembekides, el quinto jugador de la historia que compite en la NFL siendo abuelo, tras Brett Favre (2010), Julio Franco (2007), Gordie How (1979) y Stan Musical (1963). Es el gran nombre de esta semana en la NFL, pues su regreso está muy cerca de producirse. Historias que depara el deporte.
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