Mahomes y sus Kansas City Chiefs se adueñan de Alemania
Los Chiefs, que sufrieron tras irse 21-0 al descanso, contienen a los Dolphins en Fráncfort y se convierten en el primer equipo que gana en tres países fuera de Estados Unidos.
Bajo la mirada de 50.023 devotos que llenaron el Detusche Bank Park hasta la bandera, los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes sobrevivieron al intento de remontada de los Miami Dolphins, que a punto estuvieron de levantar el 21-0 con el que se fueron al descanso. Por curioso que parezca en un equipo como el de los Chiefs, fue la defensa quien les sostuvo, frenando en seco al que, estadísticamente, es el mejor ataque de la NFL. Con el triunfo de este domingo, Kansas City tiene el honor de convertirse en la primera franquicia de la historia que gana partidos en tres países distintos a Estados Unidos (Reino Unido, México y Alemania).
La puesta en escena de Fráncfort como sede internacional de la NFL no pudo salir mejor. Dos equipos que llegaban con un balance de 6-2, una afición entregada a la causa, que desde bien pronto abarrotó las inmediaciones del antiguo Waldstadion, y victoria para ‘los de casa’. Porque, a pesar de los 7.595 kilómetros que separan la ciudad alemana con Kansas City, el rojo fue el color predominante en la grada. El primer pico de decibelios llegó nada más empezar el encuentro, porque Patrick Mahomes culminó un drive pluscuamperfecto (71 yardas de pase) encontrando a Rashee Rice, que se internó para el touchdown. “Una belleza”, lo definió el entrenador Andy Reid en rueda de prensa.
La afición alemana e internacional, porque realmente había gente de todos los puntos del mundo, disfrutó de lo lindo en todo momento, cantando a pleno pulmón en los tiempos muertos y disfrutando en primera persona de una liga que hasta hace no mucho tiempo era algo demasiado remoto para ser cierto. Tras el primer touchdown, el encuentro pasó por un valle de nivel y highlights, pues ambos equipos se combinaron para tan solo seis primeros downs en las siguientes siete posesiones. Llamó la atención el poco daño que hicieron los Dolphins, incapaces de encontrar a Tyreek Hill o Jaylen Waddle en situaciones beneficiosas, y renunciando en demasía a la carrera.
El festival de punts se encargó de cerrarlo nuevamente Mahomes, que volvió a dirigir a su ataque a las mil maravillas y, en un catedralicio drive de 13 jugadas y 95 yardas, acabó asistiendo a Jerick McKinnon para el segundo touchdown de la tarde (aunque el sol prácticamente ya había caído en Fráncfort). Destacó la participación coral de un gran número de receptores de los Chiefs, que taparon la discreta actuación de Travis Kelce (14 yardas totales): los 20 pases completados de Mahomes tuvieron nueve destinatarios distintos, ninguno de ellos superando las tres recepciones. Con los Dolphins heridos, Kansas City se encargó de mandarlos a la lona con una tremenda jugada defensiva, en la que Mike Edwards recuperó un fumble de Hill y se la entregó con un pase lateral, algo muy poco visto en la NFL, a un Bryan Cook que corrió la banda como una gacela para poner el 21-0 justo antes del descanso.
El partido dio la sensación de estar finalizado tras la primera media hora. Además de por lo que indicaba el marcador, por las sensaciones que transmitían los Dolphins, totalmente fuera de juego. Pero despertaron tras el paso por vestuarios, gracias sobre todo a una jugada en la que Tua Tagovailoa encontró a Ced Wilson para poner los primeros puntos azules en el luminoso. Miami ajustó en el descanso, apostó más por la carrera y Raheem Mostert respondió. El corredor de los Dolphins fue un dolor de cabeza para la defensa de los Chiefs, que no encontró respuesta en la segunda mitad. Suyo fue el segundo touchdown, y mérito suyo fue también el poner a los Dolphins cerca del empate.
Con dos carreras portentosas, Mostert adentró a los Dolphins en territorio rival con menos de cuatro minutos para el final. Hasta habían aparecido Hill y Waddle, y Tua se estaba mostrando tremendamente sólido en terceros downs. Su fallo fue comerse tanto tiempo con una posesión tan larga, porque la defensa de Chiefs les acabó echando para atrás y se vieron obligados a devolver el balón. La última esperanza se la dio un grandísimo Bradley Chubb, que ganó para Dolphins una última posesión con 150 segundos de margen. Pero Miami se disparó en el pie en la conclusión del encuentro: primero un pase descoordinado de Tagovailoa y luego un error en el snap en cuarto down, con el quarterback ni siguiera atrapando el balón, sentenciaron el partido. Mahomes y sus Chiefs se adueñaron de Fráncfort y de Alemania, tercer país fuera de Estados Unidos en el que lo hace Kansas City.
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