Joshua Dobbs, un ingeniero aeroespacial que triunfa en la NFL
Tras unos años relegado al ostracismo en el fondo de varias plantillas en la NFL, Joshua Dobbs encuentra su hueco en los Minnesota Vikings.
Joshua Dobbs está siendo uno de los nombres propios de la temporada 2023. Tras seis años en la NFL, por fin, ha podido hacerse con un hueco dentro de las plantillas de los Arizona Cardinals, en primer lugar, y de los Minnesota Vikings, su equipo actual. La historia del quarterback de 28 años ha encandilado al público estadounidense, que se rindió a sus pies cuando debutó con los Vikings sin haber entrenado ni una sola vez y, aprendiendo sobre la marcha las jugadas y movimientos de sus compañeros, llevó a su nueva franquicia a la victoria. Destaca de él su inteligencia, sin duda, y es que Dobbs fue un brillante estudiante de ingeniería espacial y llegó a ingresar en la NASA.
La lesión de Kyler Murray en Arizona le abrió la puerta de la titularidad desde el principio de temporada en el equipo sureño. Sin embargo, el regreso del quarterback titular, sumado a la lesión de Kirk Cousins, la estrella de los Vikings, hizo que fuese fichado por la franquicia que compite en la NFC Norte con el objetivo de apuntalar un puesto que había quedado destartalado. Desde entonces, y tras dos partidos, se ha ganado el cariño de sus compañeros y aficionados por su rápida adaptación y su personalidad dentro y fuera del campo.
La historia de Dobbs comienza en Alpharetta, Georgia, dónde empezó a jugar al fútbol americano con tan solo cinco años. Allí, tras comandar el equipo de su instituto, atrajo las miradas de varias universidades y acabó enrolándose en Tennessee. Tuvo un comiendo dubitativo, pero sus dos últimos años fueron fundamentales para su carrera, ya que dio un salto adelante y lideró a una universidad que acabó ambas temporadas con un récord de 9-4. Su desempeño despertó la curiosidad de varias franquicias de la NFL hasta que, una de ellas, los Pittsburgh Steelers, le drafteó en cuarta ronda en 2017. Su camino ha sido mucho más complicado que el de Patrick Mahomes, Christian McCaffrey o TJ Watt, compañeros de promoción, y ha tenido que ganarse su aparición en el campo con mucho trabajo y demostrando que las puertas se pueden derribar de muchas maneras.
El actual quarterback de los Vikings no entra en el estereotipo de jugador de fútbol americano, por eso su historia es más peculiar. En su juventud, le diagnosticaron alopecia areata, una enfermedad en la que el sistema inmunitario afecta a los folículos y provoca la pérdida de pelo en cualquier zona del cuerpo, lo que le dota de un aspecto singular que le ha caracterizado toda su carrera. Además, el mismo año en el que fue seleccionado por los Steelers, en 2017, se graduó con la máxima nota en ingeniería aeroespacial y realizó unas prácticas en la NASA. Allí bien conocen su historia y dejó su impronta, tal y como está haciendo ahora mismo en los Vikings.
Tras pasar por Steelers, Jaguars, Browns y Titans, la suerte le sonrió cuando llegó a los Cardinals de la mano de Jonathan Gannon. Se ganó el puesto de titular y comandó a uno de los equipos más flojos de la liga, dejando destellos de su calidad tras ganar a los Dallas Cowboys, uno de los favoritos a hacerse con el título de campeón esta temporada. La vuelta de Kyler Murray, tras una lesión que le ha tenido apartado nueve meses de los campos, hizo que volviese a hacer las maletas para desembarcar en Minnesota, dónde su titular acababa de caer lesionado tras romperse el tendón de Aquiles.
Allí, sin tiempo para aprenderse el nombre de sus compañeros o las jugadas que el coordinador ofensivo había diseñado, sustituyó a Jaren Hall, que cayó, también, lesionado, y lideró a los Vikings a un triunfo agónico a falta de 22 segundos para el final. Su experiencia para adaptarse a mil situaciones distintas ha hecho que se gane el apoyo de sus compañeros y los aficionados desde el primer momento.
En Minnesota, Joshua Dobbs ha caído de pie. Dos partidos le han valido para hacerse con los mandos de un equipo que comenzó la temporada peor de lo que se esperaba, pero que ha ido remontando el vuelo hasta situarse con un récord de 6-4. En sus manos han estado las dos últimas victorias de los Vikings que ocupan, ahora mismo, los puestos de playoff. Acumula 426 yardas, 3 touchdowns de pase y uno de carrera en, tan solo, partido y medio para volver a ilusionar a unos fans que veían como con la baja de Cousins se complicaba la temporada.
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