Los Jaguars dan la campanada con una remontada de época

La NFL es una competición impredecible e inexplicable, en la que nunca se puede dar nada por sentado. Que se lo digan si no a los Jacksonville Jaguars y a Los Angeles Chargers, dos equipos que anoche protagonizaron un partido de Wild Card para el recuerdo. Los de Florida, en una demostración de resiliencia tras un desolador arranque en el que Trevor Lawrence fue interceptado cuatro veces, fueron capaces de dar la vuelta a un 0-27 en contra para hacerse con el triunfo por 31-30. Los angelinos, impotentes en la segunda mitad, sufrieron en sus propias carnes la tercera mayor remontada de la historia de los playoffs.

Tanto Jaguars como Chargers llegaban a la postemporada sin la Super Bowl como meta realista, aunque este enfrentamiento de Wild Card tenía como premio un suculento acceso a la ronda Divisional. Sus dos jóvenes y talentosos quarterbacks, además, se estrenaban en playoffs: Justin Herbert (24 años) por fin pudo clasificar a los Chargers para las eliminatorias por el título en su tercera campaña con los angelinos, mientras que Trevor Lawrence (23), de segundo año, había liderado el cambio de rumbo de unos Jaguars que la temporada pasada finalizaron con un récord de 3-14. La gran incógnita del encuentro era si el peso de los playoffs podía pesar sobre la espalda de alguno de estos dos jugadores destinados a estar entre los mejores de la NFL durante mucho tiempo.

La novatada, en el tramo inicial, le tocó pagarla a Lawrence. El director de orquesta de Jacksonville vivió una pesadilla sobre el TIAA Bank Field. En sus dos primeras posesiones fue interceptado, y los Chargers aprovecharon los regalos para colocarse rápidamente 0-10. No se quedó ahí la cosa, y es que el número uno del Draft de 2021 lanzó dos intercepciones más en posesiones posteriores. En apenas un cuarto y medio, el líder de los Jaguars había entregado el balón a las manos de la defensa de los Chargers en cuatro ocasiones. Tres de ellas, además, fueron a parar a un omnipresente Asante Samuel Jr., quien se convirtió en el primer defensor desde 2004 en registrar tres intercepciones en un partido de playoffs. En las primeras seis posesiones de los locales y a falta de siete minutos para el descanso, Trevor Lawrence había completado los mismos pases a sus compañeros, cuatro, que a sus rivales.

El descalabro de Lawrence y sus Jaguars era descomunal. La crisis del quarterback se contagió en el resto del equipo, con la defensa incapaz de detener un ataque de los Chargers que campaba a sus anchas. Por si había alguna duda de que no era la noche de los de Jacksonville, su retornador cometió un cómico fumble cuando el balón rebotó en su casco tras un despeje. Con su rival totalmente fuera del partido ante su propia afición, los Chargers sí que arrancaron a la altura de un duelo de playoffs. Consiguieron puntos en cinco de sus seis primeras posesiones con muy buenas jugadas de Herbert y Ekeler, y poco antes del descanso se colocaron 0-27. Camino de la humillación, los Jaguars se marcharon al vestuario con el consuelo de haber logrado un tardío touchdown que al menos no los dejaba a cero.

Poco a poco, la historia cambió en la segunda mitad. La defensa local, inoperante durante la primera media hora, comenzó a detener el avance angelino. Lawrence no se vino abajo por los errores previos y supo distribuir el balón con mucho mejor criterio que en la primera mitad. Los Jaguars movían las cadenas con mucha facilidad y se notaba en el ambiente que el encuentro había cambiado, aunque pensar en una remontada parecía una utopía. El sueño de Jacksonville, una ciudad que llevaba cuatro temporadas sin entrar en playoffs, empezó a coger forma gracias a dos touchdown de pase de Lawrence durante el tercer cuarto. Entrando en el último parcial, el marcador reflejaba 20-30.

La crisis, en este momento, estaba en la banda de los Chargers. Herbert y su ataque cortocircuitó, y el entrenador Brandon Staley fue incapaz de encontrar soluciones. El pánico que sufrían los de Los Ángeles se evidenció cuando Cameron Dicker falló por la izquierda un field goal de 40 yardas clave para el devenir del partido. El estadio de los Jaguars se transformó en una olla a presión, y empujó a su equipo en la siguiente posesión para conseguir un nuevo touchdown tras una maravillosa secuencia de pases de Trevor Lawrence. El propio quarterback se encargó para convertir de dos puntos y dejar a su equipo a una única posesión. Lo que parecía un sueño hace unos minutos era ya un hecho. Porque el colapso de los Chargers continuó, y entregaron la última posesión a su rival. No lo desaprovecharon unos valientes Jaguars, que se jugaron un cuarto down con mucho temple. Con el tiempo cumplido, Riley Patterson dio el pase a su equipo a la ronda Divisional al acertar el field goal decisivo.

La hecatombe de los Chargers se confirmaba. Los Jaguars asestaron la tercera mayor remontada de la historia de los playoffs (27 puntos, tan solo por detrás de los 32 que levantaron los Bills a los Oilers en 1992 y los 28 que remontaron los Colts a los Chiefs en 2013) para conseguir su primer triunfo en postemporada desde 2018. Los Chargers, además, se convirtieron en el único equipo en perder en playoffs tras haber logrado cinco o más recuperaciones que su rival. La novatada la acabó pagando Justin Herbert, mientras que Trevor Lawrence dio una lección de saber sobreponerse. Tras apenas sumar 77 yardas de pase en la primera mitad, el de Clemson respondió en los dos cuartos finales con 211 yardas de pase y tres touchdown. Las cuatro intercepciones del arranque ya no duelen tanto para Lawrence y unos Jaguars que dieron un golpe de la mesa antes de afrontar la ronda Divisional.