Las Guerreras acceden a la segunda ronda con suspense

Final de infarto, no porque peligrase la victoria, sino porque España tenía el balón, era su último ataque, quedaban nueve segundos, y por una vez ningún seguidor de las Guerreras quería que marcasen, porque ya estaban clasificadas, y con dos puntos; pero con otro más, adiós a los dos puntos porque Alemania se iba a casa y se metía Polonia. Tiempo muerto, mensaje para la galería, y las españolas no marcaron, ni siquiera lanzaron, no ocurriese que por algún sortilegio acabe el balón en la portería: 23-21 (11-10) y a la segunda fase, que era el objetivo, que parecía imposible tras dos malos partidos (con derrotas) y que en el último momento se ha enderezado.

Las Guerreras se han impuesto realizando su mejor partido de los tres que han jugado en Podgorica, desde una buena defensa, desde una intensidad que no se había visto hasta ahora, y por fin con eficacia en el ataque. Está claro que Alexandrina Cabral y Paula Arcos son las más en forma de la primera línea, con el inconveniente de que actúan en la misma posición y hay que cuadrar su presencia en la pista sin una lateral zurdo. Pero esta vez Prades decidió que tuviesen descanso en la primera y en la segunda parte, que no ocurriese como ante Polonia, con los últimos diez minutos a oscuras. Eso vino bien, porque Paula es capaz de entrar por el agujero de una aguja si la defensa rival deja un hueco, y porque Alexandrina hace tiempo que está entre las mejores del mundo.

Nicole Wiggins apareció ayer y debutó hoy. La portera madrileña tuvo una feliz aparición: en la primera mitad paró un penalti en su acción inicial, y en la segunda parte reemplazó a Maddi Aalla, que había hecho un buen trabajo. La portería esta vez no se resintió pese a las dudas de alinear a una pareja prácticamente inexperta a este nivel internacional.

Eso sí, España pagó un nuevo tributó en forma de lesión, aunque no se intuye muy grave: en la segunda mitad Frade apostó por una línea exterior con Arrojería, Paula Arcos y Alicia Fernández, la más experta de las centrales; con 18-15 (minuto 49) y en pleno ataque, Alicia comenzó a cojear, no se podía parar el juego salvo con tiempo muerto o con una falta; la cometieron las alemanas, regresó Carmen Campos a la pista y ella acabó el partido.

Dos goles eran la diferencia ideal, pero con tres ya en la recta final, España lanzó al poste. Alemania necesitaba marcar, porque la derrota por tres la mandaba a casa. Seguro que lo sabían, y que interpretaron lo de “oye... que parezca un accidente”.