¡La sexta del CN Sabadell!

La magia de Can Llong, que no ha visto perder nunca a su equipo en una final four, llevó al CN Sabadell a conseguir su sexta Champions en un día histórico para el waterpolo español. El CN Mataró había llegado invicto a esta ronda, había ganado los diez encuentros anteriores pero perdió el día más importante, en el torbellino de emociones que entran en juego en la final de las finalísimas. Un segundo parcial de 1-4 y la mala gestión de las superioridades desequilibró la balanza del lado de un Sabadell curtido en mil batallas y con una plantilla supersónica, pese al empuje final de las de Dani Ballart, que dispusieron a falta de 26 segundos de una jugada para igualar el partido y poder llevarlo a los penaltis (8-9).

Fue un balón dentro que recibió Sevenich, la boya determinante en semifinales, y que se giró sobre su defensora, pero su reverso potente lo despejó con las manos Laura Ester y el balón murió llorando a pocos centímetros del gol. En ese instante el partido se decidió, quedaba apenas tiempo para una posesión más y ésta era del CN Sabadell, que se quedó con la bola hasta que el tiempo se consumió como las esperanzas de un CN Mataró que cayó con el honor de las campeonas. Irene González nadó hasta el pitido final y se desató la locura en el banquillo del CN Sabadell, que lo ha vuelto a hacer una vez más. Un equipo de leyenda ante un Mataró que le miró cara a cara hasta el último segundo.

De la igualdad al zarpazo de Forca

La final se pudo condensar en el primer periodo. Tres minutos antes del comienzo, las jugadoras de ambos equipos ya estaban preparadas en sus puestos, nerviosas, con ganas de comerse el balón, el agua y el rival. Y así transcurrió un primer cuarto trepidante, aperitivo de lo que vendría. Anni Espar golpeó primero con un elegante y colocado lanzamiento a la derecha de Laura Ester, mientras que Maggie Steffens, la triple campeona olímpica, replicó con otro remate a la escuadra. No hacían falta superioridades, ambos equipos tenían la calidad suficiente para encontrar el gol en sus ataques. Pero primaron las defensas y los palos. Ester emergió con una parada asombrosa y cogió confianza para el resto del encuentro. El Mataró se estrelló dos veces con los palos, mientras que el Sabadell lo hacía en dos ocasiones. La pelea estaba servida con un 1-1 muy táctico, jugado al límite de las fuerzas.

El primer golpe de la final lo asestó el CN Sabadell. Y resultaría definitivo. Con su juego de doble boya logró hundir a la defensa del Mataró, y aparecieron sus mejores lanzadoras. Mati Ortiz, que no se prodiga en meter goles, abrió la veda con una preciosa vaselina que celebró con rabia, mientras que Rita Kaszthelyi de contraataque igualó el marcador (2-2). El Mataró intentó nadar rápido pero pilló a un Sabadell concentrado, especialmente en la defensa a Sevenich. Sin capacidad para buscar dentro, muy presionadas sus lanzadoras, se estrellaron una y otra vez con una Ester inspirada, muy diferente a la del encuentro de semifinales ante el Orizzonte. Asentía con la cabeza la internacional mientras negaba Maria Elena Sánchez, que vio como Judith Forca, en dos ocasiones, y Van der Sloot llevaban sus lanzamientos a la red. El 2-5 no era definitivo pero sí abría una brecha importante en un partido donde también juegan las emociones.

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El espíritu del Mataró y la parada de Ester

Y más aún cuando la propia Forca, pesadilla del Mataró con su látigo en la zurda, anotó el 2-6. Lejos de caer en el desánimo, el CN Mataró siguió peleando consciente de que debía mejorar en defensa y empezar a anotar en sus superioridades. Logró al menos detener la sangría con los goles de Van der Kraats y Clara Cambray, pero el CN Sabadell contrarrestó con el de Nona Pérez de contraataque. Las anfitriones fallaron una superioridad doble y el Mataró se estrelló ahora con los palos. El 4-7 para el equipo de Can Llong ahora sí que parecía casi definitivo teniendo en cuenta el desarrollo del encuentro y su experiencia a la hora de jugador finales.

Y así ocurrió pese a la resistencia de un Mataró que murió matando y que encontró premio a su constancia. Kesezthelyi, Cambray de nuevo de contraataque y Avegno pusieron el 7-8 en el electrónico. Por primera vez salvó esos momentos del primer cuarto, el equipo de Ballart estaba en el partido, tocaba la igualada con las manos. Emergió Elena Ruiz para colocar el 7-9, pero Van der Kraats volvió a darle respiración asistida al Mataró. Y ahí llegó el desenlace en las manos de una Laura Ester que se creció y fue decisiva en la final. El gen del CN Sabadell. El campeón por sexta vez de la Champions.