La defensa salva a los Bengals
Los Cincinnati Bengals avanzan con sufrimiento gracias a su defensa, que consiguió un touchdown clave cuando los Ravens amenazaban con dar la sorpresa. Esperan a los Bills.
Un gran ataque no es suficiente para llegar lejos en la NFL. Los equipos que aspiran a pelear por la Super Bowl necesitan una defensa capaz de acudir al rescate cuando sea necesario, y eso es lo que le sucedió anoche a los Cincinnati Bengals. Cuando la franquicia de Ohio estaba siendo asfixiada por unos intrépidos Baltimore Ravens, la zaga de los locales apareció para resolver un partido que se estaba poniendo más peligroso de lo esperado. Un histórico touchdown del defensive end Sam Hubbard acabó dando la victoria a los Bengals en el Wild Card por 24-17 y sirvió para recordar que las defensas también ganan partidos y campeonatos.
Como en la gran mayoría de duelos de Wild Card de este fin de semana, el enfrentamiento entre Bengals y Ravens se presentaba con un claro favorito, los locales, aunque esta teórica superioridad tampoco se vio reflejada sobre el césped. Esto mismo le pasó a candidatos al anillo como los Bills, que precisamente serán los rivales de los de Cincinnati el próximo domingo en la ronda Divisional, en una clara demostración de que nada es sencillo en los playoffs de la NFL. Cincinnati y Baltimore se habían enfrentado hace apenas siete días con el título de la AFC Norte en juego y el triunfo se lo llevaron los Bengals con bastante claridad. Pero todo cambió una semana después, y los Ravens hicieron sudar de lo lindo a un equipo que aparece en muchas quinielas para alcanzar la Super Bowl.
Sin la presencia de su gran estrella, el quarterback Lamar Jackson, por una misteriosa lesión producida hace varias semanas, los de Baltimore consiguieron llevar el partido justo al lugar que querían: el barro y las trincheras. El equipo dirigido por John Harbaugh contuvo al poderoso ataque de los Bengals, y desde el primer momento puso mucha presión sobre un Joe Burrow que no se encontró tan cómodo de costumbre. El quarterback de Cincinnati recibió dos avisos en forma de sack en los primeros minutos, aunque con una gran posesión encontró a su fiel socio Ja’Marr Chase para el primer touchdown de la noche. Los Ravens, satisfechos con el partido embarrado, hicieron daño por tierra y por aire. El suplente de Jackson, Tyler Huntley, no se vio intimidado después de lanzar una intercepción en el segundo pase que lanzaba en el partido y consiguió que su equipo se marchase al descanso por delante con un sorprendente 9-10 en el marcador.
Tras un intercambio de touchdown a la vuelta de vestuarios, el ambiente en el Paycor estaba enrarecido. Los Bengals, que confiaron todo el peso de su ataque a las genialidades de Burrow, se empezaban a ver contra las cuerdas y sin el modo de meterle mano a unos sólidos Ravens. A falta de una estrella individual, los de Baltimore desplegaron un juego coral más que efectivo. Ya en el último cuarto, Huntley dirigió a la perfección un drive que se acercaba peligrosamente a la zona de anotación. Jugada tras jugada, los Ravens avanzaban y movían las cadenas hasta que se plantaron a una sola yarda de un touchdown que les habría dado una ventaja de siete puntos a falta de 10 minutos para el final. Sin tomar riesgos, la decisión de Harbaugh fue que el propio Huntley avanzase esa única yarda hasta la endzone protegido por su línea ofensiva. Pero apareció la defensa de Cincinnati, esa gran olvidada a la hora de hablar de unos Bengals en los que lo llamativo es la explosividad de su ataque.
En una jugada que recordó a un tapón digno de la NBA, dos defensores de los Bengals saltaron para evitar que Huntley introdujese el balón en la zona de anotación. El quarterback de los Ravens se equivocó al exponer tanto la bola, y Cincinnati lo aprovechó para arrebatársela de las manos. La fortuna hizo que el balón cayese en un Sam Hubbard que se apresuró a correr hacia el otro lado. Nadie le pudo dar caza, y el defensor de los Bengals anotó un touchdown de 98 yardas que ya es la anotación tras fumble de mayor distancia en la historia de los playoffs. La defensa de los de Ohio dio el jaque, y también se encargó de asestar el jaque mate. Volvieron a detener los intentos a la desesperada de unos Ravens que acariciaron el touchdown en la última jugada del partido. Los finalistas del año pasado sobrevivieron a un partido trampa y, pese a que Joe Burrow finalizó con un solo pase de touchdown (más otro de carrera), sigue en marcha su plan de venganza. La siguiente parada serán unos Buffalo Bills que tampoco dieron la mejor impresión este domingo, pero Cincinnati afronta la ronda Divisional sabiendo que tiene una defensa que acude al rescate.