La cara B también le vale a Irlanda

Una de las múltiples ventajas de tener un equipo totalmente definido y compenetrado desde hace años, es que no siempre hace falta su cara A para ganar partidos. A veces con la B basta. La que dio este sábado en su primera comparecencia en el Seis Naciones 2025 la favorita al título, Irlanda. Incluso al tran tran, consiguió derrotar en Dublín (27-22) a una Inglaterra laboriosa, que ofreció motivos para mantenerla en las quinielas por mucho que esta derrota invalide buena parte de sus opciones.

Quizá la primera mitad del Trébol, un despropósito en la parte ofensiva, con una espesura impropia de uno de los ataques más efectivos del planeta oval, responda a cierto óxido en la metodología provocado por la ocupación interina de Simon Easterby del cargo de seleccionador, una vez Andy Farrell debió acudir a la llamada de los British & Irish Lions, que dirigirá en su próxima gira por las antípodas. No debería en principio, porque Easterby ha acompañado a Farrell como su entrenador de defensa desde su nombramiento. No es una figura nueva para el plantel.

Sea como sea, el equipo lució descompasado en los primeros 40 minutos, superado en los puntos de encuentro por un pack inglés agresivo y bien organizado. Así, la Rosa mantuvo durante todo el primer acto la ventaja que le había dado un ensayo de Murley aprovechando una patada rasa golosa de Slade.

Pero ya en la recta final hacia el descanso Irlanda empezó a despertar, espabilada por un toque de corneta de James Lowe, quien hizo un buen trabajo de derribo en superficie y otro subterráneo de trash talking casi mejor. Fueron frecuentes sus enganchones con diversos miembros de la expedición inglesa. El ala rompió por potencia a su defensor y descargó para que Gibson-Park estrenara el marcador local.

Asistiría de nuevo después, esta vez con Beirne como destinatario, en el posado que remató la remontada irlandesa, precedido de otro de Aki en una de las pocas ocasiones en las que el Trébol consiguió llevar la almendra de costado a costado. Ya con el bonus ofensivo amarrado tras otra marca, esta de Sheehan, misión cumplida. En esas, se relajó de nuevo el anfitrión, tolerando al rival el punto extra defensivo con dos ensayos de Tom Curry y Freeman. Justa recompensa al papel de una Inglaterra que miro a los ojos al vigente campeón, cuya ruta a un tercer título seguido inédito en este siglo empezó con mejor resultado que puesta en escena.

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