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GOLF | BRITISH OPEN

Jon Rahm escribe un tomo de historia del British Open

El vizcaíno se mete en la pelea por la Jarra de Clarete con una vuelta soberbia en el día de movimiento: -8 para -6. Harman, -2 para -12, aguanta en cabeza.

Hoylake
Jon Rahm escribe un tomo de historia del British Open
Peter PowellEFE

Por algo el sábado es el día de movimiento en un torneo de golf. El día para hacer pocas, para escalar en la tabla. Y el día que eligió Jon Rahm para destapar el tarro de las esencias en el 151º British Open de Royal Liverpool. Vaya que si se movió el vizcaíno, la tormenta que no compareció, pese a lo anunciado por el parte meteorológico, en la Península de Wirral. Aprovechando unas condiciones más ventajosas de lo esperado, medró con un -8 para -6 y la tercera plaza en solitario, la mejor maniobra de su turno y de su carrera en los grandes (también la de cualquier español), la que le confirma como candidato a la Jarra de Clarete tras dos vueltas grises el jueves y el viernes.

Fue un despliegue casi integral. Solo le faltó algo de precisión desde el tee, pero dio igual porque sus hierros estaban afilados esta vez, y puso en solfa todas sus métricas de días anteriores en distancia a la bandera. Iba de cacería, en uno de esos trances en los que, decía él mismo a comienzos de año, cuando abrochó tres victorias en apenas un mes, se siente “invencible”. Tras hilar cuatro pares consecutivos de entrada, malograda una buena oportunidad de restar en el 2, empezó el show con un birdie al quinto, el primer par 5 del día. En el 7, uno de los pocos greenes que falló, rebañó el par con chip y putt, como en el 8, y en el 9 embocó desde siete metros.

Ese fue el primero de los cuatro birdies seguidos que se anotaría, con un putt de cuatro metros en el 10, un dardo que se la dejó dada en el 11 tras un sopapo tremendo desde el tee, solo 33 metros al trapo, y otro en el 12, este desde el rough. Pares al 13 y 14 precedieron otro arrebato en el 15 y el 16: el segundo par 5 de Hoylake lo exprimió con un putt de dos metros y medio, y en el último par 4 se dio un homenaje, el puro del día, desde diez metros. Su golf en los segundos nueve hoyos fue pura armonía, una melodía que habrían firmado Lennon o McCartney. Con un par que en el 17 es casi un birdie, y con un nuevo birdie en el 18, el par 5 que cierra el trazado, pese a pasarse el green y dejar el chip corto, firmó un 63 y un tomo de historia del British Open.

¿Por qué? Porque su -8 respecto al par (71) es la mejor vuelta de la historia del torneo, empatada con el 62 que firmó Branden Grace en 2017 en Royal Birkdale (par 70), que en términos absolutos no tiene parangón (Rickie Fowler y Xander Schauffele hicieron lo mismo, pero en el US Open de este año). Más azúcar: nadie había tirado un 63 en Hoylake en un British Open, con el tope anterior establecido en el 65 de Tiger Woods, Ernie Els, Sergio García y Chris DiMarco en otras ediciones. Y nadie lo había hecho en ningún campo de la rotación desde Shane Lowry en su victoria de 2019 en Portrush. Es la cuarta vez que el León de Barrika alcanza ese guarismo o lo supera en esta temporada, más que nadie en el PGA. Ya tenía un 61 en la tercera ronda del Mexico Open, un 62 en la segunda de la CJ Cup y un 63 el último día del Torneo de Campeones, el que le dio la victoria.

Todo esto, en un día que empezó como el viernes, con una corbata infame en el primer hoyo. Entonces hizo -1 y parecía que este no sería su Open. Ahora muchos apostarían por verle levantando la Jarra de Clarete el domingo. Por cosas como estas dijo Arnold Palmer aquello de que el golf es “el mejor juego que ha inventado jamás la humanidad”.

Un problema llamado Brian Harman

El único problema de Rahm este feliz sábado tiene nombre: Brian Harman, el zurdo estadounidense que ya fue sexto el año pasado en St. Andrews, y segundo en el US Open de 2017, que salió con cinco golpes de ventaja en cabeza y se acostó con los mismos tras un -2 para -12, inmune a la presión que ejercieron Rahm y otros contendientes. Entre ellos, el noruego Viktor Hovland, -5 para -5 , que salió en el partido estelar en 2022 y acabó cuarto, y que jugará con Jon en el penúltimo partido del domingo, desde las 15:05 (Movistar Golf) en la España peninsular. También tendrá algo que decir Cameron Young, -5 para -7 y segundo en solitario. Otaegui, en cambio, se quedó fuera de la pugna con un +6 para +4 que le dejó 63º. Y parece poco probable, tras el par para -5 de Tommy Fleetwood, que se corone un nuevo campeón inglés, y ya van 31 años desde que Nick Faldo se impuso en Muirfield.