Irlanda saluda a Gatland a su manera

Irlanda saludó el retorno de Warren Gatland al banquillo de Gales a su manera, con elegante contundencia. El Trébol pasó por encima de los Dragones este sábado en el Millenium de Cardiff (10-34) y formalizó su esperada candidatura al título en un Seis Naciones que ganó por última vez en 2018.

Faltaba aún gente por tomar asiento a orillas del Taff cuando tocó zafarrancho la delantera visitante. Varias fases a la corta desembocaron en el ensayo de Doris, que anunciaba una tarde complicada a los incondicionales del Principado. El terremoto tuvo réplica poco después. Otra visita irlandesa a la 22, más oval para los ‘gordos’ del Trébol y cinco puntos para James Ryan, convertidos en siete por Sexton, inmaculado en el pateo un día más.

Cuando Gales se intentó soltar, levantando rápido el balón en las fases de conquista para evitar que su oponente las embarrara, Keenan evitó primero una marca de Dyer con una zambullida en su propia zona de anotación y después Lowe interceptó una mala lectura en la transmisión local y se lanzó como un misil hacia el tercer ensayo irlandés de la tarde. Dos acciones defensivas determinantes, que demuestran que este equipo se mueve con soltura en cualquier escenario, tanto cuando es evidentemente superior como cuando le toca apretar los dientes.

Gales no se podía permitir el lujo de dejar una imagen tan pobre, especialmente en casa, a las primeras de cambio, en el retorno de su pastor. Algo hizo click tras el descanso. Gatland debió hablar de orgullo en el vestuario, porque la cara del equipo cambió y el margen se estrechó pronto con un posado de Liam Williams, que intentó evitar ‘in extremis’ Porter desencadenando una pequeña tangana. Lo que siguió fue un acoso local y un endurecimiento de los contacos por parte de Irlanda, con Hansen aplicadísimo en su ala, McCloskey (un centro en el cuerpo de un segunda) haciendo retroceder rivales...

La intentona galesa acabó en agua de borrajas por una temeridad de Williams, que fue a una disputa aérea demasiado fuerte y lo pagó con amarilla. Los Dragones se quedaron sin fuego e Irlanda sí tuvo reprís para alcanzar el ensayo que le daba el bonus ofensivo, con la firma de Van der Flier. El bagaje del primer envite es altamente satisfactorio para los hombres de la Isla Esmeralda. Ahora la pelota está en el tejado de Francia, que el domingo visita Roma (16:00).