Irlanda no admite discusiones

La extraña interpretación que la banda musical del Olímpico de Roma hizo del Ireland’s Call este sábado terminó por ser una premonición de lo que se avecinaba. Algo que el aficionado rugbístico no está acostumbrado a ver: Italia dando la cara ante el Trébol, poniéndole contras las cuerdas, amenazando con repetir aquella gloriosa tarde ante Gales del año pasado. El asunto es que esta Irlanda no es aquel Puerro. Puede tolerar cierto grado de disidencia, pero no la revolución, y se acabó llevando el triunfo y el punto extra de la Ciudad Eterna (20-34).

Dos conclusiones ofreció el duelo. Que a Craig Casey y a Ross Byrne les falta para ser una alternativa real en el 9 y el 10 irlandeses y que Italia es mejor con Garbisi que con Allan, incluso con el primero al tran tran, recién recuperado de una lesión. Sin Gibson-Park ni Murray en la bisagra, a los visitantes les faltó el ritmo de apisonadora con el que ahora mismo son capaces de triturar a quien se les ponga delante. E Italia tampoco puso de su parte esta vez, mucho más disciplinada que hace dos semanas en Twickenham y afilada en sus visitas a la 22 rival. A día de hoy es un equipo más que digno de ver.

Pareció que el guion iba a ser el de siempre cuando Irlanda descorchó el partido con dos ensayos en tres minutos. El primero, anulado a Lowe, al que se le escapó la almendra sobre la zona de marca gracias en parte a la fe de Capuozzo en defensa; el segundo, una buena combinación por el flanco izquierdo del ataque irlandés que culminó Ryan. La respuesta local llegó de manos de un Varney inteligente en la lectura del intervalo tras una incursión poderosa de Lorenzo Cannone en la 22 del Trébol.

En esa arrancada del 8 azzurro vivía Italia sus mejores momentos del encuentro, pero Irlanda se aplicó en contener la crecida de las aguas locales y acabó dando un baño de realidad a los de Kieran Crowley con tres marcas antes del descanso, participante en dos de ellas Bundee Aki, cuya suplencia en las dos primeras jornadas de una idea de la profundidad del caladero irlandés. Bruno, muy avispado este sábado, acercó a los locales en el marcador sobre la bocina con una intercepción que él mismo rentabilizó.

Fue otra buena noticia para Italia el hecho de que consiguiera tener a Irlanda a tiro de ensayo durante casi toda la segunda mitad, hasta el minuto 70 solo capaces de sumar ambos conjuntos a través de los pies de Garbisi y Byrne. Pero la entrada de Murray le dio al Trébol un aire distinto y precisamente el medio melé le regaló a Hansen el ensayo definitivo. El que le garantiza, salvo improbable victoria holgada de Escocia en París este domingo, el liderato del Seis Naciones una jornada más.