Irlanda asfalta otro tramo del camino al Grand Slam

Trece años cumplirá Gales sin ganar en Dublín en el Seis Naciones, y tres semanas podrían separar ahora a Irlanda de conquistar su segundo Grand Slam seguido en el Seis Naciones. Cifras que escenifican las diferentes corrientes en las que andan inmersos los dos rivales que se cruzaron este sábado en la tercera jornada del torneo: los primeros, en una reestructuración que por ahora no arroja resultados y los segundos, en un momento dulce que prolongaron pasando por encima del Puerro en casa (31-7).

A falta de consolidar nombres prometedores como Alex Mann, Dafydd Jenkins o Rio Dyer, Gales por ahora es un equipo de segundas partes. Si en la primera jornada ya estuvo cerca de levantarle un 0-27 a Escocia, este sábado le acabó disputando a Irlanda una victoria con la que parecía que podía contar tras un primer tiempo en el que la producción ofensiva de los Dragones, que al menos sí mantienen parcialmente el orden defensivo que les hizo potencia hace no mucho, se limitó a una visita infructuosa a la 22 rival.

En cambio Irlanda volvió a exhibir su arsenal completo. Primero el cualitativo, con ese maul que es un arma de precisión y que ha sentado a Sheehan a la mesa de los mejores primeras líneas del momento; después, el cuantitativo, esas acometidas de su línea para explotar los espacios y las superioridades creados por el pack, esta vez con Lowe como finalizador de una ofensiva en la que el Puerro exhibió un compromiso inquebrantable en el placaje y aun así acabó cediendo ante la variedad de registros de los hombres de verde, que igual pueden bailarte un tango que alicatarte un baño.

El ensayo de castigo que les concedió el italiano Andrea Piardi amaneciendo la segunda mitad fue el clavo ardiendo al que se agarraron los del Principado para meterse en el partido. Sirvió para comprobar de nuevo que este es un equipo orgulloso también en la adversidad, pero sobre todo que Irlanda es tan impenitente detrás como delante. No toleró un solo punto galés a partir de ese accidente, ni siquiera en un tramo final en el que apretaron con ahínco los visitantes, especialmente en un drive con más de una decena de fases en el que fiaron todo al pick and go y acabaron comiéndose un balón injugable cuando parecía que Wainwright había posado.

La intentona dejó además con uno menos a Irlanda, pues Ryan vio la amarilla por no respetar los diez metros de distancia en uno de los numerosos golpes de castigo que los locales cometieron intentando frenar el avance de su adversario. Ni por esas. El oval acabó en el otro extremo del campo, con Beirne anotando el posado que confirmaba el bonus ofensivo (tres de tres también en este apartado) y terminaba de asfaltar un nuevo tramo del camino del Trébol hacia otro Grand Slam. Inglaterra y Escocia median ahora entre los de Andy Farrell y su segundo pleno seguido, un logro inédito en el torneo desde la Inglaterra de principios de los 90, que lo consiguió en 1991 y 1992.