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RUGBY | MUNDIAL

Gales hace leña del desastre de los Wallabies

El Puerro pasa por encima de unos Wallabies paupérrimos, que ya no dependen de sí mismos para estar en cuartos de final del Mundial.

Actualizado a
Gales hace leña del desastre de los Wallabies
SEBASTIEN BOZONAFP

Australia, antaño una potencia del oval, dos veces campeona del mundo (1991 y 1999), acrecentó este domingo una crisis ya de por sí pantagruélica, a la altura de las que atraviesan el rugby inglés o el galés. A ellos por lo menos les sostienen los resultados en este Mundial del que los oceánicos se despedirán casi con toda seguridad tras su duelo ante Portugal del próximo 1 de octubre. Les dejó prácticamente sentenciados precisamente Gales (40-6 en Lyon), que al mando de Warren Gatland ha vuelto a su esencia, a hacer bien lo esencial y a defender con el cuchillo entre los dientes. Será primera del grupo C y evitará a Inglaterra.

Eddie Jones ha aplicado a Australia la misma visión que le costó el cargo en Inglaterra. Sacrificar presente por futuro, en este caso con el Mundial de 2027, que acogerá el país isleño, en el horizonte, armando por el camino un grupo a su medida. El problema es que un equipo de la talla de los Wallabies no puede permitirse una racha de seis derrotas seguidas como la que lleva, ni fallar a cuartos de final de una Copa del Mundo por primera vez en su historia. Y cuando eso ocurre dejando en casa a jugadores muy importantes en la última década australiana como Michael Hooper, la situación es propensa a un linchamiento como el que ya sufre el veterano entrenador desde la derrota ante Fiyi.

No funcionó su cambio en el 10, Donaldson por un Carter Gordon al que defenestró su actuación ante los polinesios. El equipo lució igual que desnortado, superado en todo. Cierto es que los seis puntos del casillero Wallaby, todos en la primera parte, los anotó el apertura de los Waratahs, pero la caraja fue la misma que con Gordon al timón.

RESUMEN

GALES (16+24): G. Thomas, Elias, Francis, Rowlands, Beard, Wainwright, Morgan, Faletau, Davies, Biggar, Adams, Tompkins, North, Rees-Zammit y L. Williams -También jugaron- Dee, Domachowski, H. Thomas, Jenkins, Basham, T. Williams, Anscombe y Dyer
Ensayos: Davies (2')
Conversiones: Biggar (3')
Golpes de castigo: Anscombe (21', 29', 39')

AUSTRALIA (6+0): Bell, Porecki, Slipper, Frost, Arnold, Leota, T. Hooper, Valetini, McDermott, Donaldson, Koroibete, Kerevi, Petaia, Nawaqanitawase y Kellaway -También jugaron- Faessler, Schoupp, Fa'amausili, Philip, McReight, White, Gordon y Vunivalu
Golpes de castigo: Donaldson (9', 14')

Estadio: OL Stadium, Lyon. 
Árbitro: Wayne Barnes, inglés. 

Tras un posado tempranero de Davies, que aprovechó una rotura de Morgan tras la primera touch del encuentro, con los australianos a por uvas, esa secuencia de pateo de Donaldson les dio la que sería la única ventaja en el partido. A partir de ahí, un vodevil. Con Anscombe en el 10 galés desde el 12′ por una lesión de Biggar, empezaron a caer sin descanso las infracciones de Australia. Las fue castigando concienzudo el de Cardiff Blues. Una gota china para los aussies. Sentenciaron los posados de Tompkins y Morgan, con Australia en la lona.

No hubo historia. Hubo un equipo serio, sólido, y otro totalmente desconocido, que ahora depende de una carambola prácticamente imposible. Tendría que ganar con bonus a Portugal en el único partido que le queda y esperar que Fiyi solo gane a los Lobos o a Georgia y no sume ningún punto extra en el camino. Demasiadas necesidades para un equipo que tampoco solucionaría nada de lo que ha ocurrido en estas dos semanas metiéndose entre los ocho mejores. Si acaso repararía un orgullo profundamente herido desde este domingo aciago.

Escocia mantiene el pulso

En el primer encuentro del domingo, Escocia enfrentaba a Tonga con la necesidad de un triunfo que tampoco podía darse por sentado, y que se antojaba vital de cara a mantener sus esperanzas de jugar cuartos de final tras la derrota ante Sudáfrica y con Irlanda aún por delante. Una digna versión de los polinesios en la primera mitad, que terminó con 24-10 para el Cardo tras ensayos de Turner, Van der Merwe y Steyn contestados por uno de Kata, dio paso a una segunda más desequilibrada. Escocia se movió bien en el abierto al son de un Fin Russell entonado, y encontró constantemente carriles para lanzar a Van der Merwe y Kinghorn, imparables.

El zaguero firmó uno de los cuatro posados caledonios, acompañado por Darge, George Horne y Darcy Graham. Objetivo cumplido para los de Gregor Townsend, que mantienen una ligera esperanza pero tienen que ganar a Rumanía el sábado y esperar un favor improbable de Tonga, que al menos debería evitar el bonus Springbok, para llegar vivos al duelo final frente a Irlanda.