Escocia se lleva la Copa Calcuta por cuarta vez consecutiva
El Cardo, en una exhibición de Van der Merwe, tumba a Inglaterra por cuarta edición consecutiva, algo que no conseguía desde 1896.
Por obra y gracia de Duhan van der Merwe, uno de esos alas ‘hormonados’ que el rugby últimamente fabrica en serie, Escocia ganó este sábado la Copa Calcuta a Inglaterra en Murrayfield (30-21). Su cuarto triunfo consecutivo en el trofeo más antiguo de cuantos alberga bajo su paraguas el Seis Naciones. Lo nunca visto desde 1896, la primera y última vez hasta ahora que el Cardo había hilado cuatro triunfos en la cita, históricamente dominada por su rival (82 triunfos a 48).
Un hat-trick del imponente caledonio, con cuna en Sudáfrica y unas dimensiones (1,93, 106 kilos) que hace no mucho eran excepción (Lomu y pocos más) en su posición, apagó un comienzo abrasivo de la Rosa, esa nueva vuelta de tuerca a su planteamiento que Steve Borthwick había anunciado a bombo y platillo esta semana. Y es cierto que esa etapa iniciada en el Mundial, la de acercarse de nuevo a la excelencia en los básicos, parece superada. Los inventores del juego vuelven a buscar el abierto, la expansión, y pegaron primero a la salida de una melé con una transmisión eléctrica entre Daly y Furbank, ayudada todo hay que decirlo por las facilidades que ofreció la línea local. El pie de Ford puso poco después el parcial en 0-10.
Fue el preludio de la exhibición de Van der Merwe, que ya acumula 26 posados en 37 partidos internacionales. Empezó haciendo bueno un quiebre de Tuipulotu que apoyó Jones (esa conexión Glasgow Warriores) y continuó con una arrancada atómica pegado a la línea de cal, a punto de pisarla de hecho en varias zancadas, que no encontró oposición. El parcial, con un golpe pasado por Russell, era de 17-0 hasta que George Ford lo interrumpió con un drop marca de la casa.
No tardaría mucho en pegar otro manguerazo a las apiraciones inglesas el bueno de Duhan. Casi tanto como tardó en reanudarse el juego. Entonces Finn Russell, habitual en él, hizo de ángel y demonio en la misma jugada. Rozó la fatalidad con un error en el juego al pie que por suerte acabó en manos de Redpath, quien relanzó la jugada para que el apertura acabara asistiendo a Van der Merwe con una patada cruzada de bote perfecto.
Con la renta ya en más de un ensayo transformado, para no variar Escocia, que si fuera un depredador en plena sabana africana moriría de hambre, se dedicó a procrastinar en vez de intentar hacer sangre. Y así, aprovechando un intervalo inexplicable en su cortina defensiva, Feyi-Waboso anotó el segundo posado inglés de la tarde. Por suerte para el Cardo, porque les evitó un final mucho más incómodo (más si cabe con la amarilla a Van der Merwe en los últimos minutos por un placaje peligroso sobre Freeman) del que acabarían afrontando, Fin Smith no lo transformó, y esa fue la última vez que el marcador se movió en un Murrayfield entregado, que celebró por partida doble: una nueva victoria ante el enemigo histórico y con ella la supervivencia de las opciones de su equipo de ganar el torneo por primera vez en este siglo.