Drama con final feliz

Al menos se ganó y se selló el billete a semifinales, que no es poco visto lo visto este domingo en Heidelberg. Llegaba allí España con la intención de vencer y la necesidad de convencer, de mejorar las pobres sensaciones ofrecidas en su estreno en el Campeonato de Europa ante Países Bajos. Cumplió con el propósito principal (14-32), pero en el camino empezó a cronificar los males que ya emergieron hace una semana.

Un buen comienzo, con doblete de Bell y un buen maul (al fin) coronado por Facu Domínguez, dio paso al vodevil. No puede ser que Alemania te encierre en tu campo durante un buen trecho de la primera mitad y que no tengas más argumentos para salir de esa situación que las patadas a la caja. No puede ser que un equipo que en los últimos tiempos se había acostumbrado a mirar a la cara a Georgia y Rumanía se pierda en indisciplinas (incluida una touch parcial) ante uno de los combinados más débiles del torneo. No puede ser que de un año para otro lo que antes funcionaba como un reloj, las fases estáticas, se convierte en un problema. Ni que haya que pedir palos a falta de media hora porque la victoria peligra. Sería fácil apuntar en una única dirección a la hora de echar culpas, pero lo cierto es que están más repartidas.

Entre el minuto 20 y el 67 la única forma que encontró España (que jugó prácticamente toda la segunda mitad en superioridad por dos amarillas al rival) de hacer daño a los alemanes fue mediante el pie de Güemes. Y si la cosa no fue a mayores fue porque España se aplicó en defensa y los centroeuropeos no son precisamente un dechado de efectividad en los últimos metros del campo.

Al final, otro buen maul, este aprovechado por el joven Santamaría, dio a España la tranquilidad para afrontar un tramo final en el que Alemania lo siguió intentando sin éxito. Con el tiempo cumplido, una perla de Julen Goia amplió la brecha a unos guarismos que no reflejan exactamente lo ocurrido, pero que valen igual. Triunfo y bonus para España (bien ahí), pero con moraleja: o cambia mucho la cosa o Georgia se va a divertir a costa de los Leones la próxima semana.