Premio para el Torrelavega: final con el Barça y a Europa
El Logroño desperdició un 28-24 sin acertar sus últimos seis ataques, incluso una doble posibilidad de forzar la prórroga.
El Logroño ha perdido en el Olivo Arena de Jaén de la forma más cruel que sucede en el balonmano: llegó dominando a la recta final del partido, con 28-29, y en algo más de seis minutos encajó un parcial de 0-5, desaprovechando incluso una doble posibilidad de formar la prórroga. El sueño de jugar en Europa la próxima campaña se esfumó, y la fiesta se vivió en el otro banquillo: la fe del Torrelavega le lleva a su primera final de una competición, con lo que la de mañana ante el Barça (18:00) es inédita, y además se clasifica para jugar en la competición continental. Para Álex Mozas, que cogió al equipo en la B, le ascendió, le ha asentado en la Asobal, su adiós al club llega con una extraordinaria despedida.
La realidad es que el Logroño mandó casi siempre, que tomó ventajas de cinco tantos, que parecía superior, pero no lo suficiente como para imponerse con claridad. Tanto que a los 15 minutos el Torrelavega avisó de que no se rendía, igualando el partido.
Jokin Aja, tres meses sin entrenarse por lesión, jugó por necesidad. Y fue un arma inesperada para el Torrelavega: cada balón que le llegó fue gol, y en defensa fue un gigante para frenar las acometidas del Logroño.
Fue curioso que el equipo cántabro prefiriese atacar con cinco (en exclusión) y no sentar a su portero, tal vez porque aprendió la lección de lo que le ocurrió el día antes al Granollers. En esa igualdad, en el me escapó y me coges, se llegó al desenlace: el Logroño con cuatro tantos de renta se sentía cómodo, pero se metió en un carrusel de errores, de ataques perdidos por malos pases, de una sensación de falta de aire y agotamiento, y murió en la orilla, sin capacidad de reacción.