Paso adelante de las Guerreras en el Mundial

Lo mejor del segundo partido de España en el Mundial es el resultado (32-20), porque el juego ante las ucranianas por momentos generó dudas ante el choque del domingo ante el Brasil (18:00), fundamental para soñar en este torneo de Dinamarca, Suecia y Noruega. El resultado mete a España con dos puntos en la segunda ronda: primer objetivo cumplido.

Los grises de las Guerreras son las pérdidas insulsas de ataques en situaciones poco comprometidas, y que en ocasiones hacen un juego tan previsible que el rival lo controla.

En este choque la mejor del partido fue Mireya González, una jugadora a la que en los últimos años se ha cuestionada, pero que siempre cumple. La lateral zurda aportó goles y asistencias, y fue la que en algunos momentos tiró del carro para desatascar el juego ofensivo español en un partido en el que a las extremos se las regaló pocas oportunidades de destacar, con Maitane Etxeberria abandonado la pista con un golpe en la cadera en la segunda parte.

Debutó en el Mundial la lateral diestra Ester Somoza, que llegaba directamente de la selección sub-20 tras conseguir la clasificación para el Campeonato del Mundo de su categoría. Ese fue otro aspecto positivo en las españolas, porque la benjamina, del Granollers, marcó de distancia (tres tantos), uno de los hándicaps habituales.

Las pivotes, Kaba Gassama y Lysa Tchaptchet, mantienen esa línea segura en los seis metros, y si les llega el balón son fiables frente a las porteras. El problema es el pase, porque Ucrania centró su defensa sobre ellas, en que siempre tuviesen dos jugadoras casi pegadas. En este choque, con un arbitraje muy permisivo con el contacto, les costó más brillar, pero aportaron nueve tantos. Lysa sufrió dos exclusiones en la defensa, en acciones que demuestran que sólo tiene 21 años.

España siempre dominó el marcador, pero hubo momentos en que no supo jugar: en inferioridad y atacando sin portera, Ucrania marcó varias veces por pérdidas ingenuas, casi desde su área. Son momentos que da la impresión de que como equipo no se tiene la conciencia de lo importante que resulta finalizar la jugada, porque otra cosa es un regalo doble al contrario: ya todos los equipos están mentalizados para lanzar desde treinta metros, y con acierto.

Para el choque del domingo ante Brasil todas esos detalles será necesario que se corrijan, que las extremos tengan más protagonismo para que las pivotes estén más libres, y sobre todo cuidar el balón y apreciar los momentos en los que se puede arriesgar y en los que hay que ser conservadoras, porque de interés e intensidad da la impresión que este conjunto no tiene problema.