Otra exhibición de España para llegar a la final

Las posibilidades de esta selección española, plagada de diamantes que aún se deben pulir aunque por su manera de jugar no lo parezca, son tantas que en la semifinal ante Croacia, en la cancha balcánica, además, cuando los anfitriones ganaban en el primer cuarto (8-5) Javier Fernández llamó a su equipo a capítulo, un minuto de nada, para que un choque que podía complicarse entrase en la dinámica española, que al momento ya había igualado el marcador, para irse con clara ventaja al descanso (11-15) y terminase con un rotundo 29-37 en otra exhibición de los Hispanos, que jugarán el domingo la final del campeonato ante Dinamarca (20:00), que superó a Egipto.

El hombre del partido fue el extremo zurdo navarro del Anaitasuna, Xavi González (11 goles sin fallo). Sus números no admiten duda, aunque hubo otro jugador vital en los momentos difíciles: Alejandro Pisonero, central del Valladolid, e hijo de un ilustre pivote español que ahora le tiene a sus órdenes en el equipo castellano. Pisonero es otro jugón, como los Cikusa, que ven un metro de ventaja, rompen el ritmo de la defensa y con tres pasos se levantan y son letales, como Ferrán Castillo... En realidad España tiene calidad en todas las posiciones, porque juega con una riqueza de recursos extraordinaria.

La ventaja de esta selección es el juego sin balón de casi todos, las continuidades, el buscar a los extremos de lado a lado, saltándose un pase para tener siempre ventaja. Además, entre sus recursos definitivos están los fly, que no son acciones sólo para gustarse, sino que tienen un sentido práctico fuera de toda duda, bien aprovechados en las superioridades.

Todo eso juntos, bien macerado, es lo que le lleva a España, campeona de Europa el año pasado, a aspirar ahora al título Mundial. Lo que pase el domingo es un cara o cruz ante otro país que tampoco deja de sacar jugadores de la calidad.