PREOLÍMPICO | ESPAÑA 39-BAREIN 27
No fue un partido, sólo un ensayo general de los Hispanos
Baréin, con cinco sancionados por acosar a unos árbitros, fue un mero comparsa de cara al choque con Eslovenia (21:00 TDP) este viernes.
El marcador final de 39-27 (18-11) ya implica un partido sencillo para los Hispanos en el arranque del Preolímpico de Granollers. Baréin quizá valga más de lo que vimos, pero es que ha llegado con un lastre importante: cinco de sus jugadores más decisivos, el portero titular, dos laterales y el defensor de referencia están sancionados por acosar a los árbitros en un partido internacional en Asia. Si ya tenía pocas opciones, así menos. Con esta derrota está poco menos que descartado, pero el equipo del islandés Aron Jansson viene a aprender.
Para España el choque resultó testimonial, con la vista en Eslovenia de este viernes (21:00, Teledeporte). Ese es otra cosa, por la calidad de los balcánicos, y porque ahí puede estar la llave para adelantar la reservas de billetes para París. Es decir, todo lo que planteó Ribera tenía colocado el foco un poco más allá. Dejó en la grada a Cañellas, Maqueda y Abel Serdio, puso en la cancha al madrileño Javi Rodríguez (casi en un debut oficial) y rotó a Morros, unos minutos en el 5-1, y más tiempo con Gedeón Guardiola (primer jugador del Nava en llegar a la selección absoluta, como anécdota) en el 6-0.
No se pueden sacar muchas conclusiones, porque tampoco el equipo árabe es equiparable por juego a Eslovenia o Brasil. Sus jugadores son escurridizos, pero once no llegan al 1,80 metros. Es decir, sólo el extremo Dani Fernández (máximo goleador y mejor jugador con 8 tantos en 30 minutos) no desentonaría en ese grupo, que por otra parte está plagado de demasiados egos: su salida al descanso era un poema, con jugadores mediando entre compañeros. Puede ser su manera de competir, simplemente.
Con todo, España ganó por inercia, con unos ataques con dos pivotes, pero fundamentalmente por velocidad: en cada contragolpe los extremos, o Casado por ejemplo, en siete metros les sacaban dos a sus rivales. Con eso se explica todo. Ahora llega la parte comprometida de la escalada: Eslovenia y el domingo Brasil, hija de Jordi Ribera, pero ya se sabe que a veces los hijos se comen al padre.