BALONMANO | CAMPEONATO MUNDIAL
Mikkel Hansen frente a Dika Mem por la medalla de oro mundial
La rivalidad entre Dinamarca y Francia es tan grade que la final del Mundial tiene tintes épicos. El francés Nikola Karabatic está en duda por su problemas físicos.
Aunque los franceses esta noche estén en minoría en el Tele2 Arena de Estocolmo, aunque Dinamarca lleve invicta en los mundiales 27 partidos seguidos desde 2017, y aunque los daneses puedan levantar su tercer Campeonato del Mundo consecutivos para pulverizar una de esas plusmarcas, la realidad es que Francia es la única selección que ha ganado todos los partidos en este torneo, y la que más estrellas de campeona tiene en su historial (seis)
En condiciones normales sería un Mikkel Hansen contra Nikola Karabatic, un duelo de dos excompañeros en el PSG que nunca pudieron levantar la Champions juntos, dos estrellas más o menos de la misma generación, pero con el francés en duda por su problemas físicos, surge Dika Mem como el llamado a darle la réplica al danés con sus mismos argumentos, pasador, goleador, fundamental en su equipos, diez años más joven. En realidad, también es un ajuste de cuentas entre Gidsel y el barcelonista, los dos compitiendo por ser los mejores laterales zurdos, pero la brillantez de Mathias Gidsel queda un poco disipada por la presencia de Hansen, un mito, una leyenda como goleador, como número uno, decisivo para su país años tras año.
Los daneses quieren la revancha de la final olímpica, y los franceses pretenden ampliar su hegemonía, y evitar que Jakobsen iguale los tres oros de Onesta. Además, Dinamarca ahora tienen casi tres generaciones en la plantilla que han evolucionado hacia los más alto al equipo. Francia, se ha dejado muchos elementos de primera clase en casa por lesión, y aun así su plantel es inabordable: Fabregas, Tournat y Lukas Karabatic, pueden ser una de las armas de Francia para frenar el lanzamiento exterior de Dinamarca, que sólo parece superior en la portería.