Los juveniles confirman con el oro que son los mejores de Europa

El balonmano español confirma lo que hace años que se destaca en los foros más influyentes de este deporte, que su manera de jugar genera una actividad competidora en todas las selecciones que siempre las coloca en la vanguardia. El título de los juveniles al derrotar a Suecia en el Complejo Verde de Pogdorica lo refrenda, aunque la final siempre estuviese abierta a los españoles y a los suecos, pero el 34-32 (15-16) es inapelable y que además es la única selección que ha ganado todos sus partidos. España, que ha estado en las tres finales continentales masculinas, cierra el verano con otra medalla de oro. Éxito sin precedentes.

Suecia había estudiado a España en su derrota de la fase grupos (37-30) y salió de otra manera, confiando el balón a su central Mansson, un chico cuadrado de 1,80 de altura, que hará carrera en su país porque es tipico jugador que sabe tomar decisiones individuales y hacer jugar a sus compañeros desde los desequilibrios que provoca: fue el autor de 13 goles, y España logró escaparse en la segunda parte en los dos minutos que le dieron de descanso porque es de los que juega ataque y defensa.

Como equipo España acatuó mejor. No lo confió todo a una estrella, sino que fue un bloque, ataque y defensa, si bien los mellizos Cikusa y Pisonero tuvieron mucho protagonismo en la primera línea, con una excelente aportación de Castillo en la segunda mitad. Los extremos avanzados, Barrufet y Guijarro, colaboraron en la defensa española, a la que el central sueco trajo de cabeza. Y Grau puso sobriedad en la defensa.

En la recta final del choque, la exclusión de Barrufet, y que los suecos jugasen con siete en ataque, puso en duda el triunfo español y alarmó a más de uno, pero apareció Álvaro Pèrez en la portería y los goles del extremo Xavier González, que como Djodje Cikusa entró en el siete ideal del torneo. Así se acabó el partido, con los juveniles de Javier Fernández, Jabato, como campeones de Europa.