Los chicos de oro no se cansan de ganar: tercer título consecutivo

La generación de oro del balonmano español suma otro título más: campeona de Europa júnior, tras los primeros puestos en el Europeo (2022) y Mundial (2023) en la categoría juvenil. Portugal, que había vencido a España por un tanto en la ronda previa, sufrió la mentalidad ganadora del equipo de Jabato, y en la primera mitad ya tenía el oro y la revancha en el bolsillo: 35-31 (20-13). Es decir, España retiene el primer puesto que ganó hace dos años la hornada precedente, y llega a los cuatro títulos en esta categoría, como Dinamarca, las dos únicas con tantas.

Para ganar esta final la explicación es sencilla: calidad, implicación, condición física, y algún jugador a un nivel superlativo, Ferran Castillo, el polivalente jugador del Granollers, con 11 tantos de once lanzamientos, el complemento ideal de Petar Cikusa en la primera línea. Y si Petar (elegido el MVP del Europeo) está sobresaliente, y un compañero le mejora, ya estamos hablando de un nivel sideral. La tercera pata de este triángulo, el pivote Víctor Romero, no falló, y además su trabajo defensivo fue un ejemplo a seguir.

Javier Fernández, el seleccionador, hizo cambios en el juego, pero no en las caras. El equipo titular lo mantuvo, pero más intenso que en el otro encuentro. Con Barrufet y Xavi González (elegido el mejor extremo derecho del Europeo) en los extremos, diferentes, pero eficaces, y en el otro puesto de la primera línea, Herrero, ejerciendo de zurdo sin serlo. Pero era en la faceta defensiva donde el equipo se mostró contundente, con Óscar Grau, al que se le unió Jokin Aja, en su mejor aportación en el campeonato.

Jugaron todos, incluido el juvenil, Martín Conde, que llegó con el torneo empezado por la lesión de Djordje Cikusa, una baja sensible que el equipo sí ha sufrido porque es otra de las estrellas de esta selección, pero que a la hora del resultado no ha sido tan decisiva.