Las Guerreras se enredan

En el día D las Guerreras no estuvieron, desaparecieron, no jugaron. Recibieron una derrota sonrojante de la República Checa, un 22-30 (9-13) que amarga los sueños que tenía el equipo en este torneo, aunque no está todo perdido: cara o cruz ante Países Bajos, pero como la derrota este viernes ha sido tan dolorosa necesitaría ganar por cuatro goles al menos por si hubiese un triple empate con una derrota con las checas en el trío. También podría bastarle con un triunfo por la mínima, o incluso un empate, en caso de que la República Checa empatase o perdiese horas antes contra Brasil.

Es de esos días en que repasas el partido y los movimientos previos del encuentro. No se entiende muy bien la decisión de Ambros de retirar de un plumazo a sus dos laterales zurdas (en la grada), ni subir a Paulina Pérez al lateral para hacer un hueco a Marta López, que debuta en el Mundial con sólo el entrenamiento de ayer. Eso genera dudas. Y se vio en el juego.

Tampoco se entiende muy bien que Silvia Arderíus esté tanto tiempo en el banquillo. Los mejores minutos de España los jugó con la madrileña de central. Es cierto que las checas ya cobraban ligeras ventajas mínimas (5-7, minutos quince), pero la impresión era que la defensa no era sólida más que otra cosa. A los 13 minutos era otra primera línea española, con Alicia Fernández, Carmen Campos y Ester Somaza, que no parecía lo ideal porque las dos últimas apenas han participado hasta ahora. Con todo, se mantuvo el tipo (9-13) pese a que la portera checa, Kudlackova, era una muralla para los tiros de las Guerreras.

Seguro que el seleccionador tiene mil razones para hacer lo que hizo, para intentar ganar de una manera diferente y con unos argumentos más que sólidos, pero lo que se vio en la pista es que en este encuentro todo lo que podía salir mal salió mal: las porteras paraban, pero los rechaces iban a la checas; las pivotes cogían el balón, pero se les olvidó la eficacia, el juego con las extremos fue justito, y el contragolpe no existió.

Es la primera vez que la República Checa gana a España en un partido oficial, que lo intentó, que buscó una defensa individual para minimizar la derrota, pero en esos momentos a las rivales no les podía la presión porque lo tenían todo de cara, y sus tres estrellas goleadoras, Mala, Jarabkova y Cholevova, martirizaban ahora a Merche Castellanos.