BALONMANO
Festival ofensivo del Barça: 50 goles
El equipo blaugrana mete media centenar de tantos en su visita al Cívitas Guadalajara y muestra de nuevo un poderío inigualable en la Asobal.
El Barça continúa paseándose por la Liga Plenitude ASOBAL y este domingo desarboló al Cívitas Guadalajara en una segunda mitad en la que anotó 29 goles para un más que rotundo 23-50 final. Los alcarreños resistieron al campeón en una primera parte animada y vistosa, pero se vieron desbordados por el empuje de la segunda hornada azulgrana.
Tres paradas consecutivas de Gonzalo Pérez de Vargas en los tres primeros lanzamientos del cuadro local (el cancerbero internacional sumó 11 en la primera mitad) sirvieron para que el Barça pusiera tierra de por medio. Cumplido el primer parcial del choque, con 2-7 en el luminoso, el entrenador del Cívitas, Juan Carlos Requena, se vio obligado a detener el crono.
Reaccionó el equipo alcarreño, merced a la valentía y acierto de Haritz Gorostidi desde larga distancia (el tolosarra ha sido hoy el máximo goleador, con 8 dianas), poniendo un 7-11 en el marcador que animó a pedir tiempo al banquillo contrario. Metió una marcha más el Barça y, con un parcial de 0-3 y Dika Mem desatado, las cosas volvieron a su sitio. Aunque el Cívitas soltó los nervios y jugó con desenfado al campeón de todo, la renta azulgrana fue aumentando, hasta alcanzar la máxima de 10 (11-21) en la primera parte del partido.
En la reanudación, el Barça sacó al parqué un nuevo equipazo y, con un 0-7 de parcial, dejó el choque finiquitado. El Guadalajara, desfondado y penalizado por los postes y las paradas de Emil Nielsen, desapareció de la pista. Y la ventaja llegó a 20 goles, cuando se cumplía el minuto 40 del desigual encuentro. El Barça no tuvo piedad y, apretando en defensa y corriendo al contraataque, endosó un 0-8 a su rival. Blaz Janc y Ian Barrufet volaban en la pista y no tardaron en alcanzar y superar los registros de Dika Mem.
Con un 18-45 luciendo en el luminoso y un parcial por jugar, un tiempo muerto dio descanso a los jugadores locales, avasallados por un vendaval amarillo de agresividad, anticipación, velocidad y acierto en el lanzamiento. Solo quedaba por ver si el Barça alcanzaría los 50 goles, lo cual efectivamente sucedió en el último minuto, quedando un resultado final de 23-50 que refleja la abismal distancia entre los dos equipos, aunque disputen la misma Liga.