El Logroño vuelve a una final cinco años después

Los programadores de la Copa del Rey van acertando: los últimos partidos de cada jornada acaban siendo choques intensos, emocionantes, inciertos e interesantes de ver. En las dos jornadas el Valladolid ha estado envuelto en esos choques, aunque este sábado tuvo que felicitar al Logroño, ganador y finalista: 29-27 (16-14). Los riojanos regresan a una final cinco años después, pero aunque fuesen los favoritos para ello, para conquistar una plaza europea, no podrán decir que les resultase cómodo este triunfo.

En la primera mitad el Logroño era mejor, mandaba, estaba más suelto, con apariencia de más calidad. Pero llegó un momento en que los castellanos pusieron una marcha más en la defensa, y entonces la ventaja riojana comenzó a menguar. Velasco prefirió no exprimir a los Cadarso, y el equipo se fue al descanso con una ligera ventaja. Pero el Valladolid ya estaba crecido, y regresó a la pista para ponerse un gol por delante. Sonó la alarma, y fue el Logroño el que metió esa actividad más a su juego.

Con El Korchi de referencia en ataque y en defensa, con el partido enredado en una lucha de músculo, Preciado y Palomino complementaron al madrileño para remontar y tener seis goles de ventaja en el minuto 50. ¿Se acabó? No. El Valladolid aún tenía una baza más en defensa. Multiplicó su intensidad cuando el Logroño pensaba que estaba todo definido, y convirtió el encuentro en una locura, tanto que una defensa el cuadro riojano la hizo con cinco hombres, en error de cambio. A un minuto, 28-27. Todo en el aire. Eduardo Cadarso fue el que desatascó el desenlace. Y el Logroño a la final y a Europa.