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BALONMANO | LIGA ASOBAL

El Bidasoa vivió en cinco segundos todos los estado de ánimo posibles

Dika Mem zanjó cualquier posible polémica y ahora la pregunta es si el Barça será líder de la Asobal tras la sexta jornada.

Actualizado a
Festejo de los jugadores del Bidasoa.

Por primera vez en dos décadas la Liga Asobal el Barça no arranca con victoria y líder. Es decir, este lunes tendría que aparecer en la mitad de la tabla por su empate el sábado en Irún, pero es el líder de la Liga porque adelantó su encuentro de la sexta jornada frente al Anaitasuna. Queda en el aire si alguno de los equipos que ganaron el fin de semana son capaces de llegar con cinco victorias a la sexta jornada, y consumar, aunque fuese de manera circunstancial, un cambio en la Liga.

El caso es que el Barça marcó el 26-27, los árbitros lo dieron por bueno, y los auxiliares de mesa lo señalaron como antirreglamentario: el balón entró en la portería del Bidasoa después de llegar al minuto sesenta. Lo que podría ser una jugada polémica para arrancar la temporada e incendiar los comentarios lo zanjó de raíz Dika Mem, el autor del gol y capitán azulgrana: “Los árbitros lo dieron por bueno, y la mesa no. No fue gol. Es empate”. Mejor pensar en la Champions, que debuta este miércoles en Francia..

Ahora bien, si la Asobal tuviese mejor marketing y relevancia, las televisiones hubiesen repetido en sus espacios deportivos los últimos cinco segundos del Bidasoa-Barça, en los que el equipo local pasa por todos los estados de ánimo posibles en un encuentro deportivo: con 26-26 atacaba para ganar (optimismo y esperanza) y perdió la ocasión a cuatro segundos del límite; se para el tiempo, y Gonzalo Pérez (incertidumbre) pone el balón en juego para el Barça, con los jugadores del Bidasoa en defensa individual; en ese tiempo, el balón llega a Mem, que lanza y marca (decepción absoluta), con Esteban Salinas, por ejemplo, negando tímidamente con la mano el tanto azulgrana. Pero en el instante de un hundimiento general tras un gran encuentro, se anula la legalidad del gol y se produce una explosión de alegría desatada en la pista y en la grada por sacar ese empate adelante, olvidando radicalmente que pudo ser una victoria.

En los dos últimos años el Barça sólo ha perdido tres puntos: dos ante el Torrelavega en el Palau (alineación indebida) y un empate en Antequera, descendido, y sin Ortega en el banquillo, por enfermedad.