El Bidasoa mandó en el Palau hasta el minuto 50
El banquillo del Barça decantó el partido cuando el equipo vasco se quedó sin oxígeno.
Los reparos del Bidasoa no lo fueron tanto al saltar a la cancha, le perdió el respeto al Barça desde el minuto uno, y tuvo el partido en un pañuelo hasta que le pudo el cansancio sin que Cuétara tuviese suficientes rotaciones para mantener el nivel de juego en la pista: 30-23 (14-14).
La diferencia final no explica lo que pasó en el encuentro, porque al descanso todo estaba en duda. La exclusión del pivote Salinas en la primera parte (balonazo a la cara de Gonzalo Pèrez) amagó con romper el partido. Espejismo. Todo se igualó en la mitad de esa parte con un 10-9 en el minuto 21. Otra reacción del Barça, y otra vez apariencia de adiós a la igualdad: 14-10. Pues no. Otra vez el Bidasoa sacó fuerzas de todas partes para endosar un 0-4 al Barça y llevar al partido como al principio: 14-14.
Por si fuera poco, en la segunda parte los vascos tuvieron la osadía de ponerse por delante, un gol, dos. Alarma en el Barça, pero poco a poco el Bidasoa se había metido en un ritmo que no era el suyo, y eso le acabó penalizado. Del 22-20 (45 minutos) al 24-21 (50) en el que se vio que todo estaba decantado porque acciones que antes no fallaba el equipo vasco empezaron a irse al poste. No había manera de insuflar aire suficiente. Es lo que tiene el Barça, más jugadores, más rotaciones de calidad. Nada que hacer. Todo eso, y Dika Mem: 9 tantos de 11 lanzamientos pese a una exclusión por obstruir el saque de centro.