El Barça suma otro título ante un Torrelavega agotado

A un minuto del final Álex Mozas pidió su último tiempo muerto al frente del Torrelavega. Sólo se puede entender por el discurso que tenía preparado para sus jugadores (35-23): “Lo he pedido para felicitaros por la Copa del Rey. Orgulloso de vosotros” les dijo; ni una referencia técnica, porque ni hacía falta ni era necesaria. El Barça ganó después 36-23 (19-15), la undécima consecutiva de las 25 que atesora (más tres del Generalísimo), pero es que el modelo actual de esta competición está hecho a la medida del equipo azulgrana mientras no tenga más competencia: para su rivales en la presumible final son tres partidos intensos en tres días, y al último llegan tan agotados que les cuesta correr, y más si como en esta vez le toca un Torrelavega que había ganado sus dos encuentros por un tanto. También son tres para el Barça, pero no tan exigidos sus hombres porque todos entran en las rotaciones.

Eso sí, la verdad es que el Torrelavega intentó ser un digno finalista, pero las fuerzas le duraron 30 minutos. Luego ya no hubo partido, porque decayó su ataque y la defensa no fue tan intensa, con lo cual el portero Mijuskovic desapareció en la segunda mitad.

Se esforzó cuanto pudo para que hubiese fiesta, como atacar con siete y sin portero (recibió y 3-0, que pudo ser un 4-0), buscar todo tipo de combinaciones y desesperarse con los árbitros, que en la segunda mitad fueron tan permisivos que se anularon ellos mismos. El subcampeonato, el primero de su historia, y la clasificación para Europa, es lo que se llevan de Jaén, por eso sus jugadores eran felices diez minutos después del partido.

El Barça escenificó casi una alegría con una impostura forzada cuando para muchos es lo habitual, pero a seis días de la Final Four están en otras cosas. Carlos Ortega varió, combinó, dio soluciones a su juego, pero sabiendo de antemano que era imposible perder, tampoco fue exigente: jugaron Makuc, y los hermanos Cikusa y Barrufet, que a fin de cuentas son jugadores del segundo equipo. Es decir, un entrenamiento serio de cara a la semana intensa y definitiva que será la próxima.