El Barça se lame las heridas del Montpellier ante el Puente Genil
Cumple los mil partidos en la Asobal en un choque de trámite, con Óscar Grau en la pista, un guiño a un histórico del club con su dorsal retirado.
Hay derrotas que duelen por mucho que no tengan repercusión real. Por ejemplo, la del jueves en el Palau ante el Montpellier en la Champions League, inesperada pero tan real que escuece a los azulgranas como sal en una herida, y tanto que esta sábado en un encuentro matinal apenas ha celebrado sus primeros mil partidos en la historia de la Asobal. Ganó al Puente Genil, 32-18, que venía de derrotar al Bidasoa la jornada anterior, pero que en la pista azulgrana fue un corderito: dos tantos en la segunda parte de la primera mitad, cuando Ortega apostaba por jugadores de la cantera como Petar Cikusa, Oriol Zarzuela, Barrufet y Oscar Grau, otro pivote de la generación de oro del balonmano español, y un guiño pensado o no a la historia de la sección: en el Palau cuelga la camiseta con el número dos del primer Oscar Grau de la plantilla, el padre, más de una década en el primer equipo a quien una lesión crónica le retiró prematuramente de las pistas, y que también fue pivote.
Por tanto, fue día de descanso para algunos jugadores del primer equipo, aunque Dika Mem siempre tiene trabajo. Tampoco necesitaba grandes esfuerzos el Barça para dominar, porque sentenció el choque cuando tuvo a los cuatro jóvenes en la pista: Petar al mando, y la segunda línea, los extremos y el pivote aún en categoría junior.
Como partido, fue un trámite a pesar de la efemérides, y tampoco levantó mayor expectación, como si el ganar fuese un suceso esperado que sólo servía para lamer las heridas que dejaron los franceses. Ahora el Barça cierra una semana que no será de descanso porque hay unos cuantos jugadores envueltos en los torneos preolímpicos, y varios de los suyos podrían dormir en casa porque juegan con sus selecciones en el Preolímpico de Granollers. Pero esa es otra historia.