El Barça salva su condición de invicto como mal menor

Es complicado saber qué sienten de verdad los barcelonistas tras empatar (30-30) a falta de tres segundos en la pista del Kiel alemán. Se podría pensar que puntuar en el Infierno de Norte siempre es un éxito porque el Wunderino Arena con 12.000 espectadores animando (aunque sea alemanes) siempre impone, y más si se tiene en cuenta que el Barca perdía 30-28 en el minuto 59, y marcó dos tantos en 54 segundos. Pero si toda esa información se acompaña con que el cuadro español dominó con claridad el partido, y tuvo cinco goles de renta, que dejó en tres o cuatro en la segunda parte, pues se puede sostener que más que ganarlo lo que hizo fue regalarlo.

En cualquier caso el Barça, que de ganador se vio perdedor, salva su condición de invicto en la Champions aunque sea el primer punto que se le escapa. Se puede justificar con que en la primera parte Gonzalo Pèrez estuvo en un 40 por ciento, y que marcó un tanto desde su portería al recuperar el último balón, cuando el Kiel atacaba con siete para reducir distancias y que encajó cabizbajo (14-18) ese golpe impensable.

Se puede decir que Niklas Landin fue determinante en cuatro paradas en la que otro portero estaría vendido en posiciones cómodas de atacantes como Cindric, como Mem, como Richardson, cómo Ariño o como Gómez, o también destacar que Richardson de central da unos pases tan increíbles que no los espera ni su compañero, y ahí Fabregas se dejó algunos ataques.

Ese goteo de errores sin Cindric en la pista casi lleva al Barça a lamentar un mal día, que entre unas cosas y otras lo arregló el esloveno Blaz Janc, extremo derecho pero central para los momentos claves de un partido que no se podía perder. El Kiel, por su parte, recuperó a Pekeler, muchos meses de baja, con lo que vuelve a contar para ser considerado entren los favoritos de Europa cuando despeje su enfermería por completo.