Del cielo al infierno en un año para Jaime Gallego
El Hispano se recupera de su grave lesión de rodilla. “Tengo que ir con paciencia, sin forzar para jugar”, cuenta a AS.
Jaime Gallego es el último jugador madrileño en debutar con la Selección española de balonmano. Un pivote que en diciembre cumple 21 años, que pertenece al Torrelavega, que estudia en la Universidad de Santander (Dirección de Empresas) y con sus 2,00 metros de altura es una de las apuestas de futuro de Jordi Ribera, que le destacó en el grupo que ganó la medalla de oro en los recientes Juegos del Mediterráneo. Todo muy deprisa para él, porque en 2021 debutó en Asobal, destacó para ser la revelación y. ahora, en 2022, también le ha llegado un revés importante: una lesión grave (rotura de ligamentos de la rodilla) que le ha traído de nuevo a casa, a Madrid, a este gigantón formado en el SAFA: “De momento tengo que estar en reposo, no puedo moverme por ahora, así que el mejor sitio para estar es en casa”.
Reconoce que “estaba un poco nervioso” cuando entró en el quirófano “porque era la primera vez”, y ahora se va haciendo a la idea que a lo peor esta temporada queda totalmente perdida: “Tengo que ir con paciencia, y no forzar para jugar. Necesito una buena recuperación, trabajar en verano, y volver a tope la próxima temporada”. Su equipo no ha empezado bien la campaña (tres derrotas) “pero dará la vuelta a la tortilla”, aunque reconoce que él era un jugador importante para Alex Mozas, el entrenador, también madrileño, de los cántabros: “Es que mi aportación, sobre todo en defensa, era importante. Espero que Mozas encuentre la manera de suplirlo y que no pasemos apuros”.
De las llamadas que tuvo cuando se lesionó, “porque se enteró todo el mundo”, destaca la del seleccionador, y lo agradece: “Sólo llevo un año en la Liga Asobal, en la que he llegado a jugar con España. No es mucho tiempo, pero he hecho amigos, y todos se preocupan por cómo me encuentro, me llaman, me animan. Así que el objetivo es regresar a las canchas y trabajar para volver a tener la posibilidad de que me vuelvan a convocar con España (allí compartía habitación con Chema Márquez, otro madrileño), de ayudar al Torrelavega, de volver a disfrutar”.