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BALONMANO

Dani Sarmiento: “Me hubiese gustado retirarme en España”

El central canario ha sido uno de los jugadores de referencia de los Hispanos, extensión de Jordi Ribera en la pista, que de momento seguirá en Francia.

Daniel Sarmiento, en Pemba.

Dani Sarmiento se empieza a sentir exjugador, quizá empujado por la edad (”en nada cumplo los 39″), aunque quien le ve jugar es consciente de que el central canario, internacional español en los últimos grandes éxitos de los Hispanos, podría seguir en activo a un nivel competitivo uno o dos años más. Este verano se ha ido de vacaciones a Tanzania “a ver naturaleza”, a parejes fuera de los circuitos oficiales “que es muy interesante y más si tienes a la persona indicada para que ayude”.

-Dejó el Barça en 2016 por el St. Raphael francés. Seis temporadas en Francia, y allí dice adiós. ¿No era mejor hacerlo en casa con más reconocimiento? A fin de cuentas, es usted uno de los grandes del balonmano español, con medallas olímpica, mundial y europea.

-Cuando me fuí era un poco una vanetura, y siempre esperas retirarte en casa. Lo que ocurrió esta vez es que me ofrecieron la renovación muy tarde, a la baja porque el club ha comprimido el presupuesto, y no llegamos a un acuerdo. Esperé alguna llamada española, porque sí me hubiese gustado retirame allí, pero no hubo llamada, y asumo la situación. No es que haya pensado mucho en el adiós, pero sí sabes que cada vez queda menos para cambiar de vida. Podía haber seguido uno o dos años, porque me he cuidado y no he tenido lesiones, pero no de cualquier manera, en segunda o en otras ligas inferiores, que se han interesado por mi.

-Casi lo avisó de tapadillo, sin darle mayor importancia. ¿Hay alguna posibilidad de qué...?

-Calle, calle,. De momento voy a terminar mi formación durante un año entre España y Francia, porque quiero seguir vinculado al deporte y porque queremos que mi hijo acabe el colegio en Francia.

-Pero es que además cuando avisa que es el adiós, se quita de enmedio.

-Coincidió con el viaje por África, y apenas teníamos línea telefónica. Tampoco hay mucho que decir. Más o menos intuía cuando firmé el anterior contrato que tal vez fuese el último. Son desarroilos previsibles.

-¿Que le han dicho?

-Me ha llamado mucha gente, como Juanín Garcóa, como Aguirrezabalaga, de clubes, de la selección. Esas palabras cariñosas es lo mejor del deporte. El historial está ahí, datos para siempre; lo otro es cariño.

-Es usted el mejor jugador de la historia del balonmano canario. ¿Pondrán un pabellón con su nombre? ¿Tendrá un homenaje de la Federación Española?

-Bieno, no sé. No hace falta. La Unión Deportiva Las Palmas me ha invitado a hacer el saque de honor ahora en agosto, cuando empiece la Liga de fútbol. Me hace ilusión. Lo otro, pues no hace falta. No sé. Ya se verá.

-Chema Márquz va a ocupar su puesto como español del St. Raphael. Le hacía ilusión el jugar con usted.

-Voy a seguir aquí, así que le echaré una mano en todo lo qur necesite. He jugado con él en la selección y es un gran chico; pero es que cuando yo estaba en el Almería jugaba contra su padre, que militaba en el Alcobendas. Fíjese, contra su padre, y también contra su hermano.