Amarga derrota del Barça que rozó la revancha en el Mundialito
El Magdeburg vuelve a ganar el título un año después frente a los barcelonistas, a los que siempre dominó con su juego colectivo
La revancha que pretendía el Barça se quedó en una nueva derrota en la final del Mundialito ante el mismo equipo que el año pasado, el Magdeburg alemán, que compite ante el Barça con la misma velocidad que el equipo español. Además, esta vez los barcelonistas cayeron de una manera más dolorosa si cabe: en la prórroga y porque no supieron gestionar sus ocasiones desde los siete metros: el último, a poco para el final del tiempo extra, lo falló Wanne (39-40), pero antes Gómez (2) y Richardson (1) se habían dejado tantos; los alemanes no: Magnusson marcó los siete que tuvo el Magdeburg, ante Gonzalo Pérez y ante Nielsen, le dio igual: 39-41 (17-21 y 35-35).
Segunda oportunidad perdida para Carlos Ortega en la Super Globe, y esta vez porque no encontró el golpe de juego, ni los hombres apropiados. Por ejemplo, utilizó de centrales a Cindric, a Richardson, a Makuc, y la parte decisiva del encuentro con Janc. Su fichaje estrella, Wanne, no está en su mejor momento, quedó para los penaltis, y tuvo que exprimir a Ariño, porque el extremo hace un buen trabajo en defensa, y fue en el avanzado el artífice de que el Barça pudiese llegar a la prórroga.
En esta segunda final perdida de manera consecutiva se puede indicar que el conjunto azulgrana la cedió porque no fue el equipo sólido y de alto nivel gracias a las rotaciones de hombres, que su 6-0 hizo aguas y tuvo que recurrirse a un 5-1 el día que Petrus no era el siempre. Tanto es así que Mem, Ariño, Fabregas y Janc prácticamente no tuvieron descanso, más que nada porque siempre fueron a remolque, porque Portner les paró tiros cómodos, porque entre O´Sullivan y Saugstrup les cerraron el centro, porque el islandés Magnusson demostró por qué fue el mejor jugador de la Bundesliga en la pasada campaña, porque los extremos Pettersson y Mertens fueron eficaces en sus aportaciones desde la banda, y en definitiva porque el central Kristjansson estuvo superlativo.
La grandeza del Barça es que fue capaz de remontar seis goles de diferencia para llegar al 28-28; se tomó un respiro y se encontró con otros tres en contra y casi sin tiempo, pero igualó en el último momento (35-35). Esa tendencia, sin embargo, se rompió en la prórroga, entre un balón perdido, un ataque al palo (Gómez) y el penalti de Wanne. Sólo queda un año para volverlo a intentar, pero el medio millón de euros por llevarse lo que hubiese sido su sexto Mundialito, eso ya no vuelve.