Una batalla contra la edad: 25 carreras anuales con 86 años
Alfonso Navarro es un ejemplo donde los haya: a su edad ya ha corrido 14 pruebas solo en lo que va de año. Su objetivo: seguir recorriendo las calles de Madrid “hasta que no pueda más”.
Los asiduos de las carreras populares de Madrid lo conocen de sobra. Alfonso Navarro, de 86 años, tiene espectadores en las pruebas que disputa religiosamente cada domingo. Solo algunos eventos excepcionales le alejan de su pasión. En lo que va de año, ya ha completado 14 carreras y aún le quedan cinco hasta junio, cuando concluye su temporada, pero no su año, en el que puede llegar a terminar “entre 23 y 25”. Tampoco acaba su preparación.
“Por las tardes, no estoy para nadie: estoy para entrenar”. Lunes y miércoles, gimnasio. Martes y jueves, carrera, además de varios paseos diarios, mucho movimiento y poca televisión. Esa es la rutina para un atleta como Alfonso, que empezó a correr a los 74 años, cuando se jubiló y por fin se pudo dedicar al deporte. Antes tenía “trabajo para aburrir”, al estar pluriempleado, por lo que tuvo que dejar el fútbol y el ciclismo a los 28 años. “He sido entrenador y tenía un club de fútbol”, cuenta orgulloso a AS mientras enseña la vitrina llena de trofeos que aún conserva. También guarda allí una fotografía de su primera participación en la Legua de Ugena (Toledo), su pueblo, en el que entrena durante el verano sin tomarse vacaciones.
“Yo volaba”, dice un Alfonso que recuerda con nitidez sus hazañas deportivas. “Lo que más me pesa es no haber tenido un entrenador”, algo que mantiene ahora, al igual que tampoco tiene reloj inteligente para medir su rendimiento. “Yo salgo a mi ritmo y nunca miro para atrás”, eso es lo importante. Lo que sí refleja sus recorridos es una aplicación en el teléfono, “pero a veces no me lo guarda porque antes de salir sigo poniéndome nervioso y no consigo darle al botón”.
Alfonso es reconocible en las carreras de 10, 14 o incluso 21 kilómetros por un dorsal especial que también lleva en la entrevista con AS: “Esto no se me ocurrió a mí, sino a una amiga que me lo regaló. Desde entonces, no me lo he quitado”. 15 de enero de 1938: la fecha de nacimiento de Alfonso. Como colofón de su indumentaria, le acompaña su camiseta del Atlético de Madrid, una fascinación, y otra rutina de domingos, que le viene de cuando el equipo era el Atlético Aviación.
Ni siquiera durante la entrevista Alfonso dejó de estar en movimiento y, mientras iba caminando por su barrio, comentó: “Yo le tengo que dar las gracias al deporte. A mí me da vitalidad”. También las ovaciones que recibe le hacen estar orgulloso: “Es impresionante cómo me animan”. Incluso le conocen los sanitarios, cuenta divertido: “Una vez terminé una carrera y me pusieron un pulsómetro para que todos vieran que eran normales”. “Es un privilegio estar así”, reconoce un Alfonso que no ha tenido que lamentar lesiones ni ‘sustos’ graves.
“En la vida no me queda nada por hacer, sí por ver”, cuenta ilusionado sobre los logros de una familia que le arropa, y a la que también ha animado a correr. Alfonso, claro ejemplo del deporte en positivo, tiene claro que para esto no hay edad: “Mi objetivo es seguir corriendo hasta que no pueda más”. Así, hasta que no pueda más, Madrid tendrá la oportunidad de ver correr, y crecer, a un Alfonso pletórico por disfrutar de lo que más le gusta: un domingo de carrera.
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