Roig y Borao, exultantes: “Ya solo nos queda Berlín”

Juan Roig, presidente de la Fundación Trinidad Alfonso, y Paco Borao, presidente de SD Correcaminos, estaban exultantes por el transcurrir de la 42º Maratón Valencia Trinidad Alfonso, que se ha convertido en el tercer maratón más rápido tanto en categoría masculina como femenina. “Esto es cultura del esfuerzo”, enfatizaba el empresario Roig una vez entregó los premios a Kiptum y Beriso.

Roig, cuya Fundación colabora con la organización de la Maratón desde hace una década, dejó claro que “nosotros vamos a estar aquí de por vida, mientras Paco Borao nos deje”. Eso sí, se congratuló porque la prueba va camino de la “sostenibilidad” económica. “El año que viene vamos a conseguir que los ingresos sean superiores a los gastos. Para nosotros es uno de los grandes retos, que la prueba sea sostenible, eso no significa que la Fundación Trinidad Alfonso se vaya, porque no lo va a hacer”, apostilló.

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Paco Bora, por su parte, confesó que el director de carrera de Berlín le había mandado un mensaje felicitándole. Valencia ha conseguido con la marca de Kiptum (2h01:53) que solo la Maratón de la ciudad alemana le supere en cuanto a marcas individuales se refiere: las de dos leyendas como Kipchoge y Bekele. “Ya solo nos queda superar a Berlín”, apuntó Boroa, que decía: “Quién nos ha visto y quién nos ve, este señor (Roig) y su Fundación tiene mucho que ver, por lo que aporta y por los empujones que nos dan”.

Roig pone un reto de inscripciones

Valencia, más allá de su espectacular prueba de élite, congregó en sus calles a 30.000 corredores de 124 nacionalidades. “Esta carrera tiene más corredores que todo el resto de capitales de España juntas”. Boroa considera que con 30.000 inscripciones estamos “rozando el tope”, aunque cuando dijo esta frase intervino Juan Roig para decirle entre broma y reto: “Hasta que no lleguemos a 60.000… vamos bien”). Borao, no obstante, explicó el por qué su sensación de que se está llegando al tope: “Lo que no podemos hacer nunca es una carrera en la que se llegue a una curva y la gente tenga que pararse y no pueda seguir corriendo, porque yo eso lo he visto en París”.