“Practiqué lanzamiento de peso con balas de cañón y el listón de altura era una barra de ducha”

Darko Pesic (Cetinje, Montenegro, 31 años) es un atleta de 1,88 metros y 90 kilos que impone por su extrema musculación. Las redes sociales ardían tras ver al decatleta lanzar descalzo el disco en la combinada de los Europeos de Roma. Sin zapatillas ni calcetines, como en los orígenes olímpicos en la Antigua Grecia. “Así no resbalo. Tengo mayor equilibrio y agarre”, asegura a AS, en zona mixta, explicando que lo hace de manera bastante habitual. La curiosidad por esta circunstancia lleva a descubrir una historia apasionante. La de un deportista autodidacta que sueña con estar en los Juegos de París para que su padre, que nunca pudo dedicarse al deporte pese a tener talento para ello, estuviera orgulloso. “Mi padre murió con 53 años a causa de un infarto. Era un as para los deportes, pero eran tiempos difíciles en Montenegro y no pudo dejar de trabajar en la granja familiar y como electricista, nunca tuvo la oportunidad de desarrollar su talento. Siempre he pensado lo orgulloso que estaría de mí si algún día participo en los Juegos. Ese objetivo es lo que me impulsa cada día”.

Nómada de la vida, trasladó su residencia de Montenegro a Novi Sad (Serbia), de ahí a Praga, de regreso a Serbia. Todo para poder entrenar y mejorar. “Pensé que podía ser un buen atleta cuando comencé en 2011, pero me llevó hasta 2017 demostrarme a mí mismo que era bueno. En los Europeos indoor de Belgrado 2017 fue sexto (ganó el francés Kevin Mayer y plata fue Jorge Ureña) y batió el récord nacional de heptatlón con 6.036 puntos. También es plusmarquista nacional de pértiga, longitud, altura y 110 vallas... y de decatlón, por supuesto. Con 7.862 puntos, aún lejos de los 8.350 que pide World Athletics para París. “Lo que han hecho con los estándares de entrada es una locura. Los puntos necesarios solo los tienen ocho atletas, creo que será un gran problema”, afirma.

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Superación constante y por amor al deporte. Escuchar cómo empezó resulta increíble. Atentos: “Cuando era joven no teníamos estadio, ni áreas de lanzamiento, ni plataformas de aterrizaje.... Así que hacíamos lo que podíamos. Cogíamos las balas de los cañones de los viejos tanques soviéticos y ese era nuestro lanzamiento de peso. El disco también venía de material militar abandonado. Para la jabalina usábamos palos de escoba a los que uníamos una vieja jabalina de aluminio sin punta y mi entrenador ponía algo puntiagudo en el extremo para que se clavara en el suelo. Debía pesar como 1,5 kilos en vez de 600; ahora algunos tenemos problemas en los codos. El saltadero de altura era una pequeña habitación en nuestra escuela que tenía un colchón muy pequeño... y la barra era de las que sujetan la cortina de ducha, de metal. Por eso siempre nos dolía la espalda (ríe). En la longitud y el triple aterrizábamos casi sobre suelo firme porque en el arenero, que era lo único que teníamos, casi no había arena. Aprendíamos técnica viendo vídeos de YouTube y el coste para mi cuerpo ha sido enorme: fracturas de estrés, dolores constantes de rodillas y codos...”. Impresionante relato de Pesic, que acabó 21º en Roma con 7.421 puntos.

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