Polémico Pichardo: niega la mano a la plata y manda un recado... ¿a Jordan Díaz?

“Me gustaría una rápida respuesta y aclaración sobre lo que pasó en el foso en el momento en el que el atleta de España hace esa gran marca. En una competición de ese nivel no es normal hacer una gran marca con la tabla de medición electrónica apagada”, escribía Pedro Pablo Pichardo, plata en el triple de los Europeos de Roma 2024 (18,04) sobre el 18,18 de Jordan Díaz, poniendo en duda que la medición del campeón continental fuera correcta. Ahí comenzó la ‘guerra’ entre dos fabulosos saltadores que comparten país de nacimiento y ahora pelean por la bandera de Portugal y España, respectivamente.

En los Juegos de París, de nuevo Jordan venció al luso. Y la batalla pareció apaciguarse. Sin embargo, en Tokio, en una final en la que el español no pudo participar tras lesionarse en la clasificación, Pichardo pareció recordar guerras pasadas... aunque sin nombrar al pupilo de Iván Pedroso. “¿Quién es el mejor, baby?; ¿quién es el mejor?”, repite a la cámara antes de ignorar el saludo (como se puede ver en el vídeo de abajo del párrafo) del italiano Andrea Dallavalle, medalla de plata con 17,64 y al que acababa de arrebatar el oro en el salto final yéndose hasta 17,91.

Pichardo (31 años) es un atleta excepcional y así lo demuestra su impresionante palmarés: oro y plata olímpica (Tokio 2020 y París 2024), bicampeón mundial (Eugene 2022 y Belgrado indoor (2022), Europeo (Múnich 2022) y doble continental bajo techo (Torun 2021 y Estambul 2023). Además, había sido dos veces plata planetario (Moscú 2013 y Pekín 2015) y bronce mundial en pista cubierta (Sopot) con Cuba. Un prodigio del triple que siempre ha estado envuelto en polémicas fuera del foso de saltos.

El lío nunca ha sido ajeno a Pichardo. Como cuando aseguró que quería irse de Portugal por un enfrentamiento con su club, el Benfica, que llegó a crear un conflicto en el Comité Olímpico. “Tengo que hacer algo por mi familia. No puedo volver a Cuba. Tengo tres hijas pequeñas que necesitan ir a la escuela, necesitan seguro médico y otras cosas. Si no haces nada ahora, serán ellos los que sufrirán en el futuro. No quiero enojarme con nadie y tampoco quiero que ellos se enfaden conmigo. No quiero que el Benfica y los portugueses me vean como un desagradecido, pero quiero irme a otro lugar para continuar mi vida”.

O cuando atacó a los futbolistas del país fronterizo con España: “Creo que la diferencia por la que los jóvenes prefieren practicar el fútbol antes que atletismo es por razones económicas. Por ejemplo, hay futbolistas que son suplentes y raramente juegan, y que ganan más dinero que yo, que soy campeón olímpico. Y la gente piensan que encima ellos son mejores que yo. Yo gané una competición que equivale a la Liga de Campeones (venció en la Diamond) y pocas personas lo saben. En cambio, cuando la selección nacional o un equipo de fútbol llega a los cuartos de final de un gran campeonato, ya se hace una fiesta”.

Ataques a distintos estamentos generales que también vieron uno más individual dirigido a otro saltador portugués, originario de Cabo Verde, Nelson Évora que afirmó en una entrevista que su país había “comprado a un atleta para tener resultados a corto plazo”. Pichardo se revolvió y pasó a un ataque furibundo respondiendo en ‘Instagram’: “Cuando dices que me compraron me estás faltando al respeto. Ni soy una prostituta ni soy como tú. Cuando llegué a Portugal yo ya era un campeón y nunca me habías ganado. En tu carrera lo has hecho dos veces y tu mejor marca es 17,74. Yo salto más con leggins largos y gorra. Deja de hablar de mí, eres guapo, pero no soy gay. Cuando ganes la Diamond League, saltes 18 metros y tengas mis títulos, entonces hablamos de campeones. Soy mejor que tú... acéptalo”.

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