ATLETISMO | MUNDIALES EN BUDAPEST
Poderío español en el 800
Adrián Ben, Saúl Ordóñez y Mohamed Attaoui pasan a semifinales con tres formas distintas de correr, pero todas plenas de fuerza y buenas sensaciones.
“El 800 no son matemáticas”, decía en la previa Adrián Ben a AS. La prueba más difícil de pronosticar del atletismo por la gran cantidad de variantes que hay que combinar más la enorme igualdad existente vivía la primera ronda en los Mundiales de Budapest. Siete series, tres clasificados por puestos en cada una más los tres mejores tiempos del cómputo total para llegar a las semifinales. El primer español de la terna por orden cronológico era Saúl Ordóñez, un ‘viejo rockero’ en estas lides pese a tener 29 años.
El bronce mundial en pista cubierta en 2018 llegaba con 1:44.67 esta temporada (décimo en el World Ranking) y tras ver las dos primeras series estaba claro que para pasar por tiempos habría que correr mucho. Y por eso salió en cabeza a marcar el ritmo e intentar mantener un puesto delantero cuando llegaran los ataques por detrás. Dicho y hecho. Pese al susto final con empujón incluido del norteamericano Isaiah Harris. Tercer puesto para el español y billete para semifinales con 1:47.97. Mal tiempo, fantástico resultado. “Estoy muy contento de haber conseguido el pase. He tratado de marcar bien el ritmo sin tener que machacarme mucho y me ha salido bien”, afirma Saúl. Victoria del keniano Kipngetich con 1:47.63. Uno de uno.
El siguiente en pasar por la batalla era Adrián Ben. El campeón de Europa bajo techo se enfrentaba a un panel de rivales como para ponerse nervioso. No solo por el alto nivel, también por las diferentes carreras que podrían plantear. Gesto serio del gallego en la salida, concentración, nervios, tensión, responsabilidad... Al paso del 400 estaba a diez metros del grupo. Al toque de campana, Ben empezó a acelerar y adelantar rivales como si acabara de empezar la carrera. Tomó la cabeza a la entrada de la recta final y nadie se le acercó. Triunfo incontestable con 1:45.37. Espectacular demostración de fuerza, táctica y poderío. “El tren iba adelantado, otros vamos en hora. He pensado: ‘Tú sigue a tu ritmo’. Sabía que iban a explotar y que les iba a coger. Y a falta de 110 hacia adelante. Ritmo rápido, un sólo cambio y ya está. Nos conocemos bastante y soy un corredor que sabe medir bien las fuerzas. Es cierto que esperaba una serie más lenta, pero ha salido así y perfecto”, asegura Adrián. Dos de dos.
Sólo faltaba Attaoui. De consumar la clasificación y completar el tres de tres se lograría repetir lo conseguido en los Mundiales de Daegu (Corea) en 2009 con tres españoles en semifinales de 800. El cántabro de 21 años notó la presión, pero aprendió rápido en el 1:46.65 que tardó en cruzar la meta tercero para completar la terna patria en semifinales. Su talento natural le permitió usar más balas quizá de las necesarias y aún tener guardada la que necesitaba para abrirse paso en la recta final... dejando fuera por ejemplo al campeón del mundo, el keniano Korir Fantástica sensación española. Tres de tres. El jueves, nuevas guerras en el 800. “He ido toda la carrera por fuera porque por dentro me empujaban, pero iba muy bien. Quería atacar por fuera pero he visto que lo hacían muchos y he visto un hueco y lo he aprovechado. Reconozco que me he puesto nervioso como en mis primeras carreras. En las semifinales, a soñar con todo”, explica Mohamed.